Desde este 15 de enero las nuevas políticas de equipaje de Ryanair entran en vigor, una polémica medida que tuvo que ser retrasada varios meses y que no todo el mundo entiende. Con ella la low cost pone fin a la política de embarcar dos bultos de forma gratuita para ahorrar en tiempo, aunque el del pasajero se incrementará si no paga. Así son las nuevas medidas y estas son sus consecuencias.
Embarcar con dos bultos solo será posible pagando. Antes y bajo unas estrictas medidas era posible introducir dos maletas en cabina sin sobrecoste. Ahora solo aquellos usuarios con embarque prioritario –incluido en las tarifas Plus, Flexi Plus & Family Plus– podrán subir dos bultos de equipaje de mano al avión.
Es decir, subir dos maletas al avión no es gratis. El embarque prioritario tiene un coste de cinco euros. Y, a partir del lunes, se podrá adquirir hasta 30 minutos antes de la hora de salida del vuelo a través de la aplicación de Ryanair por un precio de seis euros.
El resto de pasajeros podrán llevar un solo bulto pequeño –no mayor de 35 x 20 x 20 cm– dentro de la cabina del avión. La maleta más voluminosa (no superior a las de medidas 55 cm x 40 cm x 20 cm) será bajada a la bodega de forma gratuita, en la puerta de embarque. Una práctica que ya se hacía con anterioridad cuando la capacidad de la cabina llegaba a un tope.
Así, Ryanair lo que intenta con estas nuevas restricciones es intentar que los pasajeros opten por facturar y paguen por ello. Para ello, el peso del equipaje facturado permitido ha aumentado de 15 kg a 20 kg para todas las maletas. Y la tarifa se ha reducido de 35 euros a 25 euros para hacerla más atractiva.
¿Qué gana Ryanair con estas políticas?
Principalmente tiempo. “Esta nueva normativa es justa, acelerará el embarque y eliminará cualquier riesgo de retraso en los vuelos de Ryanair por haber demasiadas maletas en cabina”, explica Kenny Jacobs, director de marketing de Ryanair.
El éxito del modelo low cost se basa en tener constantemente aviones volando. Cuando una aeronave de la aerolínea aterriza, en apenas una hora ya está preparada para volar a otro destino. Aligerando el embarque ese tiempo podría cumplirse o reducirse sin problemas.
Pero el tiempo que se ahorra Ryanair es el que se suma a los usuarios. Estas nuevas medidas chocan de lleno con las prácticas habituales de muchos pasajeros en los aeropuertos. Facturar una maleta implica perder tiempo, tanto antes como después de los vuelos. Por eso, muchos usuarios preferían embarcar con dos bultos. Ahora, pagando o no, tendrán que esperar a recoger su equipaje.
Y en segundo plano, también gana dinero. Aquellos usuarios que no quieran perder tiempo pagarán el embarque prioritario. Y otros, a sabiendas de que van a facturar, pagarán por ello a precios más económicos que en otras compañías aéreas.
¿Por qué retrasaron la medida?
En teoría, esta nueva política iba a aplicarse en otoño de 2017. Sin embargo, Ryanair retraso la medida. La low cost irlandesa alegó motivos de familiarización de los clientes con su medida, aunque la oleada de vuelos cancelados en esas fechas también tuvo que ver en esta decisión.
Ryanair ha notificado estos cambios a través de un correo electrónico a los pasajeros. Se han diseñado nuevas tarjetas de embarque para aclarar si el pasajero debe esperar en la fila para pasajeros con prioridad de embarque o en la de aquellos que viajan sin ella. Sin embargo, esto no ha evitado ni las críticas en las redes sociales, ni tampoco el desconcierto de estas.
Buenos días @Ryanair_ES @Ryanair :porqué se ha cambiado la política de equipaje de mano y ahora hay que pagar cuando en el resto de compañías no?Personalmente me parece una política abusiva y evitaré volar con su compañía si no es necesario @Iberia @vueling @Norwegian_ES pic.twitter.com/YI55w7HwWM
— Dr. Lob (@allobe86) 11 de enero de 2018
Así, esta nueva política beneficia a Ryanair. Ahorra un tiempo que se traduce en dinero. Y mientras, los pasajeros pagarán por llevar bultos en la cabina, algo que no hace ninguna otra aerolínea del mercado.