Dado que emprender no es una actividad sencilla, no es nada raro que los valientes que se atreven a dar el paso busquen algo de ayuda. No es fácil encontrar un buen socio, pero incluso si escoges el mejor posible ten en cuenta que es normal que surjan los conflictos, y cuanta más personas estén al frente de un negocio más posibilidades hay de que surjan desacuerdos.
Lo importante es tener la capacidad para resolver esas controversias, porque en caso de no ser así un proyecto empresarial que en principio era viable puede acabar siendo un auténtico fracaso, y esto sería una pena. Así que vamos a repasar los conflictos más frecuentes entre socios para intentar evitarlos y saber cómo solucionarlos en caso de que aparezcan.
1Discusiones porque no se sabe lo que uno espera de otro
Una de las dificultades que nos encontramos al emprender es que no reunimos todas las características que serían deseables en un buen emprendedor. Quizá sepamos mucho sobre finanzas y gestión, pero no tenemos ni idea de cómo dar a conocer nuestro negocio. O somos capaces de dar muy buen servicio pero la atención al público no es nuestro punto fuerte. Esto es algo que podemos solucionar con un socio que complemente nuestras habilidades y capacidades.
El problema surge cuando no hay una coincidencia entre lo que esperamos de nuestro socio y lo que obtenemos de él, o cuando a él le ocurre lo mismo con nosotros. En muchos casos estos ocurre porque no se han definido de antemano las funciones de cada uno y no se han establecido unas metas comunes para alcanzar.