El hundimiento generalizado de las cuentas de negocio de los mass media está provocado por la tardía reconversión digital, sus estructuras propias del siglo pasado, el hundimiento publicitario propiciado a partir de 2007 y las mastodónticas deudas que tienen contraídas (lo que les hace sumisos y por lo tanto poco creíbles ante algunos asuntos). Los editores cambiaron recaudación publicitaria por deudas inasumibles y no se lanzaron a su debido tiempo a la red, que cada día hace más honor a su nombre y captura datos e intimidades ante una pasividad estatal que contrasta con la preocupación de Moncloa hacia las «fake news».
El cambio de hábitos de la sociedad, la destrucción de centenares de puestos de trabajo, la precarización laboral del sector periodístico y el amarillismo de la guerra por el click invitan a abrir debate sobre el modelo futuro del negocio de los medios de comunicación, sector lastrado por el impacto del hundimiento del ecosistema publicitario. En el II Encuentro Evoca de Periodismo y Comunicación Nacho Cardero, director de uno de los modelos patrios de negocio online, El Confidencial, señalaba que «no hay dinero para tantos medios». Las alternativas son tan apetecibles a medio plazo como hostiles a corto: la suscripción por contenido premium, el branded content (publirreportaje sofisticado), la organización de eventos o el regreso al papel como complemento.
Cardero señala que los suscriptores deben llegar con entusiasmo por el periodismo de calidad y no solo por compromiso ideológico y en un curso organizado por la Universidad Internacional de Andalucía señaló que «algunos pensaron que no había que molestar a los anunciantes», docilidad, por otros tantos que pensaron que había que molestar demasiado a los mismos (chantaje). Tocan sin duda tiempos de nuevas narrativas, vídeos y el periodista completo que escriba, edite, locute y monte. Pero aparte del hombre orquesta low cost toca separar el grano de la paja para evitar la tormenta sobreinformativa, apostar por la influencia por encima del clickbait y quizás comprender que el SEO es una simple herramienta y no la Biblia. Por estos caminos anda New York Times, sobre el que el periodista Ismael Nafría ha publicado el libro «La reinvención de The New York Times: Cómo la ‘dama gris’ del periodismo se está adaptando (con éxito) a la era móvil» (disponible gratis en la red).
Es cierto que tras la caída del papel el mensaje es más importante que el soporte, pero Nafría señala que los dispositivos están siendo claves para NYT: «En el New York Times, el consumo a través de estas plataformas es clave. De hecho llegan a explicar en documentos estratégicos que la batalla del futuro se ganará en el móvil y no en la versión impresa ni en el ordenador. ¿Por qué? Porque es donde los usuarios cada vez consumen más. En el New York Times las visitas a través de dispositivos móviles están alrededor del 70%, un porcentaje muy alto. Por tanto, el móvil es esencial. Cualquier producto o idea nueva se prueba en el móvil y si funciona, se traspasa al resto de plataformas. Hay formatos que en el móvil tienen un especial éxito como el Morning Briefing, una newsletter que resume por la mañana toda la información. También han apostado por The Daily, un podcast magnífico, un producto informativo muy bien elaborado. Por lo tanto, el teléfono móvil es absolutamente clave y está en el centro de todos los planteamientos».
La creación de marca, la calidad de la audiencia, las alianzas y sinergias podrían ser el coctail perfecto para convertirse en imprescindible para el lector. Es decir, que éste empiece a pagar con dinero u otorgando una reputación que pueda ser convertible para el editor a través de una agencia de servicios paralela al diseño de contenidos. Miguel Carvajal sostiene que hay seis modelos de negocio para el futuro: el comunitario, la creación de contenidos gratuitos mientras se ofrecen servicios de agencia o marketing, el que ordene el caos, el viral, el que marque agenda y el global con catálogo infinito. Pero no se olviden de las palabras del consultor mediático Toni Piqué: «El periodismo es demasiado importante para dejarlo solo en manos de los medios»…