Con el gigantesco tablero de juego en la fusión entre CaixaBank y Bankia ya dispuesto, las fichas han comenzado a moverse. La parte alta de ambas entidades estudia con detalle el encaje accionarial, mientras que los empleados a píe de calle llevan días haciendo cábalas para su futuro. La gran preocupación para una mayoría es si podrán optar o no a las jugosas prejubilaciones que se ofertarán una vez se cierre la operación. En concreto, cerca de 8.300 trabajadores que tienen más de 50 años sueñan ahora con cumplir los requisitos y acceder a un retiro dorado.
«Cada día atendemos a cientos de llamadas de compañeros inquietos por su futuro», explican desde los sindicatos de ambas entidades. Aunque dentro de ese enorme volumen, la gran mayoría contiene una preocupación común acerca de si cumple o no las condiciones sobre un hipotético acuerdo de prejubilaciones, una vez se cierre la fusión de ambas entidades. «Muchos nos llaman preocupados, pero no podemos decirles nada más que todo eso se verá más adelante. Tratamos de tranquilizarlos, aunque es difícil. Cada caso es único y ahora no contamos con ningún tipo de información que podamos trasladarles», reconocen desde CCOO de Bankia.
La entidad nacionalizada es la que más amenazados tiene sus puestos de trabajo, al menos sobre el papel, principalmente por dos razones. Primero, Bankia cuenta con un número mayor de empleados mayores de 50 años con un total de 4.428 frente a los 3.851 de CaixaBank en España, según los informes anuales de ambas. En ese rango de edad se concentran los recortes en el empleo bancario. De hecho, el grueso del ERE tras la integración de BMN recayó sobre este grupo, con prejubilaciones hasta los 54 años. Por su parte, la firma catalana concentró el 91% de las salidas en 2019 en este rango de edad.
DESPIDOS MÁS BARATOS EN BANKIA, PERO EMPLEADOS MÁS CAROS EN CAIXA
En segundo lugar, los analistas apuestan por mayores bajas en Bankia debido a que los despidos son más baratos que en CaixaBank. En un informe, Barclays señaló que echar a la calle a un trabajador del banco madrileño cuesta un 60% menos que hacerlo con un trabajador de la firma catalana. La razón se debe al salario más bajo que perciben y a la antigüedad de las plantillas. Así, cada salida de un trabajador del primer banco supondría un coste de 248.475 euros frente a los 618.283 que costaría en el segundo, según los cálculos efectuados por El Confidencial.
Pero lo anterior no es más que una parte de la realidad. Al fin y al cabo, el coste del despido es solo una cara de la moneda, la otra es cuánto costaría mantener a dichos trabajadores en nómina. En este caso, el gran perdedor es Caixabank. Un trabajador de Bankia cobra cerca de 11.000 euros menos de media que uno de la firma catalana, unos 52.500 euros frente a algo más de 63.290 euros. Una diferencia, a la que habría que añadir los costes de la seguridad social, que en principio se mantendrá una vez se lleve a cabo la fusión y que obviamente pesa y mucho a la hora de decidir cómo repartir el número de despidos.
Aunque la diferencia no acaba ahí, puesto que es todavía más marcada a medida que ascendemos en el rango de edad. De hecho, para el rango de edad superior a los 50 años la brecha prácticamente se duplica. Así, los mayores de 50 años en Bankia cobran de media unos 63.226 euros, mientras que los mismos trabajadores en CaixaBank (solo su segmento en España) perciben hasta 85.048 euros, según los datos proporcionados por ambas entidades. En definitiva, que una vez que se le añade a la ecuación del coste del despido el de mantener a uno u otros trabajadores la cosa se iguala y la proporción no queda tan clara.
SINERGIAS DE COSTES DE 900 M€
El encaje del coste de las salidas junto con los salarios de los que se quedan es vital para alcanzar los 900 millones en sinergias de costes que se aspira en la operación, según las cifras de JPMorgan. El ahorro se distribuiría de forma equitativa en los próximos dos años, según el banco de inversión. «Suponemos que las sinergias se iniciarán progresivamente y que se alcanzará un 50% en 2021 y el otro 50% restante en 2022», señalan los analistas. Aunque, primero habría que hacer frente a un coste total acumulado (en forma de ERE) de unos 1.800 millones.
Pese a todo lo anterior, todavía hay muchos flecos por cerrar al hablar de salidas. La edad es un factor importante, pero ni mucho menos es el único. Otro que se antoja vital es la concentración de sucursales y equipos una vez se integren ambas plantillas. «Las principales áreas de solapamiento en términos de cuota de mercado son Madrid, Cataluña, Valencia, Murcia y Andalucía», por lo que los despidos (sin importar la edad) deberán concentrarse en dichas regiones. Aunque, por último, muchos empleos en dichas regiones podrán solventarse con cambios de destino forzados, en especial, en los servicios centrales dado que en la actualidad están divididos entre Madrid, Valencia y Barcelona.
En definitiva, en el juego de las conjeturas hay una vasta red de implicaciones y suposiciones que no se irán resolviendo hasta que la fusión no avance. Por el momento, la falta de información es un handicap que preocupa a los sindicatos porque, a su vez, genera mucha incertidumbre en la plantilla de ambas entidades. Unos porque piensan que las salidas, voluntarias, demasiadas pocas para todos los que quieren una y otros porque temen que esas mismas sean demasiadas y se tengan que cumplimentar con otras forzosas.