Elon Musk lo ha vuelto a hacer. Ya sorprendió a todos con PayPal, con la que consiguió amasar una fortuna para poder crear el resto de empresas. Lo hizo con Tesla Motors, mostrando al mundo que un coche totalmente eléctrico y potente no era imposible. O incluso con SpaceX, y sus cohetes que pueden volver para recuperarse y llevar equipamiento o astronautas al espacio. Y eso solo son algunos de sus proyectos.
Existen muchos más. Una de las obsesiones que han estado rondando la cabeza del famoso millonario sudafricano está relacionada con una interfaz definitiva para conectar a personas y máquinas. Una tecnología llamada Neuralink con la que se podrá conectar un cerebro con la tecnología para poder realizar cosas que ahora son totalmente imposibles.