Según los expertos el tapón de cerumen es una de las causas más comunes de pérdida de audición, significando la causa de consulta de uno de cada cuatro pacientes que acuden al otorrinolaringólogo en la época estival. «La mayoría de estos pacientes son asiduos a nuestras consultas, acuden 1 o 2 veces al año, en casos extremos lo hacen mensualmente, sabiendo del alivio que les presenta su extracción» refiere el profesor Antonio Abrante Jiménez, codirector del Servicio de Otorrinolaringología de Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla. Y es que estos pacientes, tal y como indica, «saben que los baños en piscinas, playas, etc., pueden provocarles molestias al convertirle una obstrucción parcial del conducto auditivo en una obstrucción total» por lo que el especialista aconseja realizar una limpieza de oídos al inicio del verano, haciendo innecesario el uso de tapones anatómicos para el baño.
El oído se divide en tres partes: el oído interno —contiene la cóclea y el órgano del equilibrio—, el oído medio —contiene el tímpano y la cadena de huesecillos— y el oído externo —compuesto por el pabellón auricular y el conducto auditivo externo—, este último contiene glándulas ceruminosas (producen el denominado cerumen), sebáceas y folículos pilosos. La piel del conducto auditivo externo es única ya que presenta un patrón de descamación direccional, esto representa un sistema de autolimpieza muy eficaz. La cera casi siempre se abre paso hasta la abertura del oído y se elimina.
Según apunta el profesor Abrante, «existen personas que tienen una tendencia a acumular cera en los oídos y a la formación de tapones de cera, esto puede ser simplemente porque producen de forma natural mucha cera o porque presentan algunos factores predisponentes como son: conducto auditivo externo muy estrecho, abundantes pelos en el conducto, sequedad de la piel, uso de bastoncillos (los otorrinolaringólogos no recomendamos manipular en el oído, la limpieza con bastoncillos puede empujar el cerumen hacia dentro del conducto y taponarlo), uso de prótesis auditivas, uso de auriculares, uso de tapones para dormir, etc. Este cerumen puede endurecerse en el conducto auditivo y bloquear el oído. Por ello recomendamos a las personas que utilizan audífonos, realizarse una revisión del canal auditivo cada 3 o 6 meses para determinar si hay exceso de cerumen».
La presencia de cerumen en el oído externo es algo normal y fisiológico. Su función es proteger la piel del conducto del daño producido por el agua, traumas, infecciones y cuerpos extraños —incluidos insectos—. Mantiene unas condiciones microambientales (pH, grado de humedad…) que dificulten la colonización de agentes patógenos.
Pero el cerumen puede acumularse y bloquear el conducto auditivo externo causando molestias: dolor, taponamiento, picor, mareos, ruidos (acúfenos) y pérdida parcial de la audición. El tapón de cerumen es una de las causas más comunes de pérdida de la audición.
Los tapones de cerumen no necesitan ser extraídos al menos que causen síntomas, sea necesaria una exploración de la membrana timpánica, se vaya a realizar un molde para audífonos o porque el paciente lo solicite. Puede hacerse en casa, con productos que encontraremos en la farmacia, en caso de no ser así o presentar molestias el doctor recomienda acudir al otorrinolaringólogo.
Lo aconsejable es limpiar el conducto auditivo externo mediante el uso de un pañuelo o papel higiénico envuelto alrededor del dedo. Nunca tratar de limpiar el oído introduciendo algún objeto en el conducto auditivo externo.