jueves, 12 diciembre 2024

Dónde se puede fumar (y dónde no) según tu comunidad autónoma

Hace seis días entraba en vigor en la Comunidad de Madrid una norma que prohibía fumar en espacios públicos, incluido terrazas, si no se podía guardar una distancia mínima de de seguridad de dos metros. Sin embargo, la medida apenas duró unas horas. Fue anulada por un juez al limitar derechos fundamentales que sólo sería posible en un estado de alarma declarado. La mayoría de las medidas como las de Madrid, incluida la prohibición de fumar, han sido ratificadas por los tribunales, pero aún así se hace necesario un repaso ante tanto lío de dónde se puede (y dónde no) fumar, según la comunidad autónoma donde vivas.

Antes hay que apuntar que la prohibición de fumar en calles y terrazas por la Covid-19 está siendo polémica, difusa y seguramente temporal. La medida no se ha adoptado porque los fumadores tengas más posibilidades de contraer el virus o de tener peor diagnóstico por sus pulmones dañados, que también. Ha sido por las consecuencias hacia el resto de ciudadanos. Ya se demostró lo dañino que es el tabaco para un fumador pasivo.

Se basan en esa premisa para impedir que el humo ajeno de cigarros o vapeadores transmita con más facilidad el virus. Cuando el fumador exhala el humo, aumenta el riesgo de contagio de las personas que allí se encuentran. Si las gotitas respiratorias (de Flügge) contienen carga viral, pueden transportar gérmenes infecciosos de un individuo a otro hasta dos metros de distancia. De esta manera se facilita que pasen a las vías respiratorias de las personas del entorno del fumador o contaminando superficies.

Cada comunidad autónoma ha tomado sus medidas

Con el creciente e imparable aumento de casos de Covid-19, cada comunidad autónoma, haciendo uso de sus competencias en materia sanitaria, han tomado unas medidas más o menos duras para frenar el avance del virus. Hace una semana se acordaron además con el Gobierno unas medidas comunes. Pero cada comunidad, sobre todo done la incidencia es mayor, está introduciendo restricciones exclusivas y excepcionales. Una de ellas ha sido la de restringir el tabaco en la calle y terrazas. Pero no en todos los sitios se ha instaurado. Y lo peor es que en uno no se ha podido hacer al no tener el aval legal, como ocurrió en Madrid y que el gobierno regional piensa recurrir.

En Andalucía, Galicia y Canarias no se puede fumar en la vía pública si no hay como mínimo dos metros de distancia social. También en Baleares se prohíbe el uso compartido de dispositivos de inhalación de tabaco, pipas, cachimbas o asimilados en todos los locales de entretenimiento y restauración, y en cualquiera otro tipo de establecimiento abierto al público. Por lo que respecta al resto de comunidades, incluida Madrid tras la resolución judicial, se supone que se podría fumar.

Lío legal y normativo

Sin embargo, el Gobierno, tras el Acuerdo del Consejo Interterritorial y una posterior modificación, se anunció que «sólo se podrá exceptuar la obligación de uso de mascarilla durante el consumo de tabaco o cigarrillos electrónicos en la vía pública o en espacios al aire libre, en los supuestos en que pueda garantizarse el mantenimiento de una distancia con otras personas de, al menos, 2 metros. Es decir, la pretendida prohibición de fumar en espacios abiertos de uso público se camufla con la obligación de usar la mascarilla. Sin embargo, en teoría es el mismo caso de no poder fumar si no existe la distancia de seguridad.

No obstante, según Josefa Cantero Martínez, Profesora Titular de Derecho Administrativo, «la medida anunciada no tiene eficacia directa. Aunque sea obligatoria para las Comunidades Autónomas, al ser una actuación coordinada está supeditada a la previa adopción de otros instrumentos. En este caso, y según se ha anunciado desde el propio Ministerio, su eficacia requiere que cada una de ellas recoja previamente esta prohibición a través del instrumento normativo correspondiente y en el ámbito competencial que les es propio».

De cualquier forma, la medida de no fumar en la via pública parece lógica. Es poner otra barrera más a una transmisión del virus que ya muchas voces la califican como la ‘segunda ola’ de la que tanto se habló y se temió.


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