Todos sabemos que si queremos llevar una dieta equilibrada, perder peso o simplemente mantenernos, tenemos que restringir o limitar algunos alimentos. Pero en nuestro listado de ingredientes prohibidos se han colado algunos que no deberían ser tratados como enemigos, por regla general. Hablamos de los hidratos de carbono, y más concretamente de las patatas. Un tubérculo que a todos nos encanta prácticamente en todas sus formas, y que colocamos directamente fuera del menú. Al menos durante esas temporadas en las que queremos tener un mayor control sobre lo que comemos para no engordar o para adelgazar algunos kilos. Pero tenemos una buena noticia que darte y es que podemos comer patatas sin engordar ni un gramo, todo depende de cómo las cocinemos.
1UN MUNDO MÁS ALLÁ DE LOS FRITOS
A veces se nos olvida de que existen muchas otras formas de preparación más allá de las frituras, y es por eso también que las patatas se han convertido en las enemigas principales de las dietas. ¿A quién no le gustan unas patatas fritas, si puede ser con salsas? Además en los supermercados tenemos unos cuantos metros de estanterías llenos de distintos tipos de patatas fritas en bolsa, de todos los sabores, condimentos y formas. Normal que haya terminado tan demonizada. Sin embargo, la patata aporta muchos beneficios al organismo, ya que contiene mucho potasio, vitaminas C y B, hierro y ácido fólico. Para que podamos reconciliarnos con esta maravillosa hortaliza llegada desde América te vamos a explicar como debes cocinarla.