¿A quién no se le antoja un helado de vez en cuando? Llevamos siglos degustando de este gran placer tanto adultos, como los niños y los mayores. De un sinfín de sabores, este alimento, al parecer, ahora puede ser uno de los grandes remedios para los males de esta era, la ansiedad y el estrés. Así que, ya no se tratará de un antojo o pequeño placer, sino de un estado placentero que va más allá de comer un simple helado, un estado comprobado de felicidad este verano.
Un nuevo estudio ha clarificado las razones por las que este delicioso y refrescante tentempié lo podemos tomar ya no solo en los postres, como aperitivo o durante el disfrute de un día de piscina, sino que lo podemos tomar a cualquier hora del día por activar ciertas zonas del cerebro asociadas al placer, las cuales nos proporcionan esa gran sensación de bienestar.
1El helado mejora y regula el sistema nervioso
Un informe realizado por Shandley Mcmurray, experta en ansiedad y estrés comprobó que mientras en un 86% de las personas que lo consumen les resulta simplemente placentero, existe un 75% a las que les da la impresión de que si se toman uno al finalizar las comidas, se sienten más satisfechos con su comida en general. ¿Cuál es la razón? Al parecer, y según el estudio, los helados funcionan como exorfinas en el sistema nervioso, como opiáceos que proporcionan sensación de bienestar y contribuyen a reducir el estrés y a modular la ansiedad.