Cuando hablamos de puertas giratorias, lo normal es referirse al intercambio de altos cargos sin ningún tipo de obstáculos entre ministerios y empresas del Ibex35. Pero a veces, se produce el mismo hecho en empresas públicas. Unos bailes de sillones que afectan de forma alarmante a Aena, Renfe y Adif, y que resulta igual de poco ético que el hecho de que antiguos ministros acaben en grandes compañías.
En el caso de las empresas públicas las famosas puertas giratorias se pueden dar de dos maneras. O bien un cargo público se va a otra empresa o fondo de inversión. O viceversa. Incluso cargos estrictamente políticos puedan llegar a acabar en la empresa pública. De hecho, hay quienes hacen de las puertas giratorias un modo de vida para aprovecharse de una situación de poder público e intereses laborales.
El último gran nombre que se ha sumado a esta larga lista es el de José Manuel Vargas. En septiembre este dimitió de su cargo al frente de Aena. Dos meses es lo que ha tardado en fichar por el fondo de inversiones estadounidense Rhône Group LLC, donde actuará como socio de la firma y miembro del consejo de administración de la fusionada Fluindra.
José Manuel Vargas dimitió de su cargo al frente de Aena en septiembre y acaba de fichar por un fondo de inversión
Hasta aquí todo correcto dentro de este intercambio de sillones. Pero tal y como denuncia el sindicato CGT, este fondo de inversión “gestiona empresas dentro del sector aéreo”. De ahí que Vargas haya tenido contacto con el mismo durante sus funciones en el gestor aeroportuario. De hecho, no es el único caso. “Aena ha sido tradicionalmente un trampolín de salto de ejecutivos ambiciosos”, denuncia.
Así, la lista de Aena en este apartado es extensa. Juan Ignacio Lema fue presidente y consejero delegado de Aena entre 2011 y 2012, durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Anteriormente ocupó otros cargos en Aena de forma intercalada con otras empresas. Tras abandonar definitivamente Aena terminó como presidente de Tecniberia, empresa que ha optado a contratos de asistencia técnica de Aena. Actualmente combina este puesto con el de instructor externo de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).
Pedro Argüelles Salaverría fue presidente y director general de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea y presidente de la Fundación Aenaentre el 2000 y el 2002. Tras abandonar Aena terminó en Boeing como vicepresidente de relaciones internacionales. Después volvió a ocupar un cargo estatal, en este caso en la secretaria de Defensa del Gobierno.
Este año, Fernando Echegaray dejó su cargo como director de la red de aeropuertos españoles para incorporarse a Aéroports de Paris (ADP). Años atrás, la directora financiera de Aena, Beatriz Puente, fichó por NH Hotel Group y Antonio San José, pasó de responsable de la Comunicación del gestor aeroportuario durante su salida a Bolsa al gabinete del Banco Popular. Tras la compra de Santander fue a parar a una gestora de fondos de inversión como dircom.
No solo los sindicatos denuncian este ir y venir de cargos públicos en Aena. El grupo parlamentario de Unidos Podemos, así como el grupo socialista, han sido los únicos en pedir explicaciones al Gobierno en el Congreso de los Diputados. Ni Gobierno ni Aena responden a las preguntas realizadas sobre las puertas giratorias.
Renfe y Adif siguen la estela de Aena
Si Aena es la empresa pública donde las puertas giratorias están a la orden del día, ni Renfe ni Adif se quedan atrás. Aunque estas son más discretas y hay menos casos. El más reciente, es el fichaje de Andrés Ayala, presidente de la oficina anticorrupción del PP como consejero de Adif. Un nombramiento que el propio Ministerio de Fomento trató de ocultar.
Años antes, en 2013, Adif fichó a la exdirectora de Recursos Humanos de la Agencia Tributaria (AEAT), Sara Ugarte, que fue cesada por el famoso error que se produjo con el DNI de la Infanta Cristina. Su cargo, el de directora corporativa de Recursos Humanos de Adif. El Gobierno tuvo que salir en defensa de esta contratación. Alegó que los nombramientos responden a “criterios de competencia profesional y experiencia”. Además, se ampara en la Ley de Organización y Funcionamiento de la Administración General del Estado.
Dos altos cargos de Ineco, la ingeniería pública española participada por Adif, Renfe y Enaire, cambiaron en 2013 de empresa. Estos pasaron a trabajar para Radio Televisión Española (RTVE). Juan Guía y María José Bultó llegaron al medio de comunicación en pleno ERE.
José Manuel Tejera Abbud es otro de los cargos que cambian constantemente de un sector a otro. En 2010 era responsable de Nertus Mantenimiento y Servicio, sociedad participada por Renfe y Siemens. De ahí dio el salto a Siemens, para más tarde acabar en Ineco.
Pasividad del Gobierno
Partidos políticos como Ciudadanos o Unidos Podemos han llevado en sus programas electorales medidas para poner fin a esta problemática. Actualmente, en España son dos los años que tienen que pasar para que un cargo público ejerza funciones en una empresa privada. Así lo dice la Ley 5/2006 de regulación de los conflictos de intereses de los miembros del Gobierno y de los Altos Cargos de la Administración General del Estado.
En países como Francia son más restrictivos y castigan con cárcel y multas este trasvase de cargos públicos a privados.
Al final esta larga lista de intercambios de cargos refleja los problemas de gestión y estructura organizativa de los propios entes. En el caso de Aena es imparable el aumento de cargos en esta situación, y cada vez más difícil de ocultar. Pero que, sin embargo, ante la pasividad del Gobierno y la ausencia de una ley más restrictiva, siguen produciéndose.