Ence vende más celulosa y energía pero factura menos. A fecha de cierre del primer semestre del año las cuentas lastran al grupo papelero. La evolución low cost de la celulosa, que mantiene su valor en los niveles más bajos registrados en los últimos 10 años, así como los también bajos precios de la energía, responden a las cifras de pérdidas que marcan las cuentas de la compañía. Entretanto, sigue activa la ofensiva del sector forestal contra la expansión de las plantaciones de eucaliptos en Galicia. Ence clausura la primera mitad del año con todos sus frentes abiertos.
Mientras la productividad en este medio año ha protagonizado una importante mejoría derivada de la consolidación de las inversiones realizadas el pasado año, propiciando incluso un aumento en las ventas tanto en celulosa (19%) como de energía (27%) y a una reducción en los costes de producción, la compañía registró unas pérdidas de 25,4 millones de euros, frente a un beneficio neto atribuible de 25 millones de euros en el mismo periodo del ejercicio anterior.
El ebitda del negocio de celulosa alcanzó los 8,9 millones de euros en la primera mitad del año, lo que supone un descenso del 87% respecto al primer semestre de 2019 como consecuencia de los menores precios de la celulosa.
En cambio, el ebitda del negocio de energía renovable mejoró un 24% interanual en el segundo trimestre, hasta los 15,5 millones de euros, y un 5% en el conjunto del semestre, hasta los 27 millones de euros. La incorporación de las dos nuevas plantas de biomasa agrícola y forestal de Huelva y Ciudad Real contribuyó al crecimiento del 51% de las ventas en el segundo trimestre y a compensar el descenso en el precio medio de venta hasta los mínimos fijados por el regulador.
Las cifras negativas llegan acompañadas de una nueva ofensiva del sector foresta contra la extensión de las plantaciones de eucaliptos. «Buena parte del monte gallego está ocupado por eucaliptales en los que además hay una situación de abandono«, ha lamentado el presidente de la Asociación Galicia Ambiental, Benito García Carril, según una información publicada por El Español. El eucalipto tiene condición pirófita y se recupera muy bien después de los incendios, lo que unido a la falta de una “ordenación forestal” de los montes justifica la existencia de los programas de deseucaliptización que promueven diversas asociaciones.
La Asociación pola Defensa Ecolóxica de Galiza (Adega), por su lado, y como parte una plataforma mayor trata de evitar que el eucalipto se siga expandiendo de forma descontrolada para poder defender la flora autóctona. La iniciativa realizó dos deseucaliptizaciones el año pasado: la primera del 1 al 23 de marzo con once actuaciones en las que se eliminaron más de 200.000 pies de eucalipto y la segunda del 1 al 15 de junio. Ésta última fue una especie de «repaso» de varias áreas trabajadas en marzo y consiguieron arrancar 81.200 pies de eucaliptos más en siete actuaciones, según la misma publicación.
Para estas asociaciones, Ence es la empresa que más promueve la plantación de eucaliptos entre los ciudadanos que ven en esta práctica como una fuente de ingresos. «El gran trabajo que tenemos las organizaciones ambientalistas y ecologistas ante la inacción de la Administración autonómica, además de las acciones físicas, es contribuir a la concienciación de la sociedad gallega», explica García.
LA EVOLUCIÓN SEGÚN LOS INVERSORES
Tras la presentación de resultados correspondientes al primer semestre, el mercado digiere a su manera los números publicados este martes, tras el cierre del mercado, por Ence Energía y Celulosa (+1,01%) que, al igual que los de Red Eléctrica, arrojan luces y sombras, pero el sabor que dejan a sus accionistas es totalmente distinto. “Sus cuentas siguen saliendo muy mal paradas en la comparativa interanual, pero su evolución respecto a los tres primeros meses del ejercicio está siendo apreciada hoy por los inversores”, según señalan fuentes del mercado.
“La producción de celulosa y los ingresos de esta división siguen un claro camino a la baja, tanto en relación al trimestre precedente como al segundo trimestre de 2019, pero se han visto parcialmente compensados con la mayor aportación del negocio de energía (+24,5% interanual)”, explican dichas fuentes.
En suma, la facturación total de la compañía se resiente un 6,4% en relación al mismo periodo del ejercicio precedente, hasta los 178,4 millones de euros pero, según el consenso del mercado, la mejora en términos operativos hace que la caída del ebitda se detenga en los 19 millones de euros, un 53% menos que en el primer trimestre de 2019, pero un 13% más que entre enero y marzo.
De igual modo, las pérdidas acumuladas en el trimestre, 136 millones de euros, contrastan con los beneficios del año pasado, pero se mantienen en línea con los números del primer trimestre.
ENCE DURANTE LA CRISIS SANITARIA
La papelera destaca la aplicación temprana y rigurosa de los protocolos internos para prevenir y minimizar los riesgos de la propagación del covid-19 entre el equipo humano de la compañía. Precisamente esta estrategia le ha permitido a Ence continuar operando durante esta crisis sanitaria y mantener íntegramente el empleo.
De hecho los productores de celulosa no dejaron de trabajar para asegurar el abastecimiento. En este contexto, Ence mantuvo operativas todas sus plantas para garantizar el suministro, no sólo de energía eléctrica, también de celulosa para fabricar productos higiénicos de primera necesidad, entre ellos el que fuera producto estrella durante la emergencia sanitaria, el papel higiénico.
La industria de la celulosa surte de materia prima a una ingente cantidad de sectores que fabrican elementos tan dispares como papel pintado de pared, papel tisú —utilizado para elaborar pañuelos o papel higiénico—, folios para impresión, papel de fumar e incluso sirve para construir encimeras de cocina, tejidos para ropa que sustituyen al algodón y otros materiales capaces de sustituir a los plásticos.
En cuanto al futuro, y pasados ya esos críticos primeros momentos de la pandemia, Ence “apuesta por una recuperación verde para superar la crisis causada por el coronavirus, apoyada en el impulso a las energías renovables y en el suministro de celulosa, un material renovable, reciclable y de origen natural, que la compañía produce de manera sostenible y ecoeficiente en sus biofábricas de Pontevedra y Navia”, generando, en conjunto, 11.500 puestos de trabajo.
Ence continúa así con el desarrollo de nuevos proyectos de energía renovable. Los 405 MW renovables en cartera, con acceso a la red y localizaciones aseguradas, se encuentran a la espera de la próxima convocatoria de subastas para la implementación del Plan Nacional de Energías Renovables, mientras se completa su tramitación administrativa, entre el tercer trimestre de 2021 y el primero de 2022.