Endesa obtuvo un resultado neto de 1.128 millones de euros en el primer semestre del año, lo que representa un aumento del 45,4% frente a los 776 millones de euros ganados en el mismo periodo del ejercicio anterior, según informó la compañía al supervisor del mercado.
La energética indicó que la evolución de su resultado neto en el periodo enero-junio ha venido motivada, principalmente, por la entrada en vigor del ‘V Convenio Colectivo Marco de Endesa’ y el registro de las provisiones por reestructuración de plantilla relativas al ‘acuerdo sobre medidas voluntarias de suspensión o extinción de contratos de trabajo’, que ha generado un impacto neto positivo por importe de 267 millones de euros.
Así, excluyendo estos impactos, el resultado ordinario neto en el primer semestre habría aumentado un 11,0% respecto del mismo periodo del ejercicio anterior.
Por otra parte, el grupo dirigido por José Bogas indicó que las implicaciones negativas de la paralización de la economía por el estado de alarma debido a la crisis sanitaria del coronavirus y la consecuente caída de la demanda de electricidad y los precios han impactado más en el segundo trimestre.
Así, sumando las provisiones por insolvencias asociadas a esta situación, Endesa estima un efecto negativo en sus cuentas asociado al covid-19 de 100 millones de euros a nivel de resultado neto de explotación (Ebit) y de unos 75 millones de euros en el beneficio neto, en el conjunto del semestre.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) se situó a cierre de junio en los 2.315 millones de euros, un 22% más, en gran parte debido al impacto de la aplicación de esas nuevas medidas contempladas en el nuevo convenio colectivo aprobado el pasado mes de enero, que ha supuesto un retorno de una provisión de 515 millones de euros, y a la dotación de una provisión de 159 millones de euros para planes de reestructuración de plantilla.
El impacto de estos dos aspectos ha sido de 356 millones de euros pero, sin tenerlos en cuenta, el Ebitda crece un 3,4%, a pesar de la caída significativa de la demanda de electricidad por el estado de alarma por el covid-19, gracias a la buena evolución del negocio liberalizado, cuyo Ebitda ajustado creció un 21%, hasta los 903 millones de euros, y permitió compensar la caída del negocio en los territorios no peninsulares.
En concreto, la pandemia llevó a que la demanda peninsular cayera un 7,8% respecto al mismo periodo de 2019, mientras que en los Territorios No Peninsulares (TNP), la disminución se elevara hasta el 13,2% (18,6% en las Islas Baleares y del 10,1% en las Islas Canarias). Esta caída, junto la reducción del precio de las materias primas llevó a unos precios más bajos en el mercado mayorista, con 29 euros por megavatio hora (MWh) de media, lo que supone un descenso del 44% respecto al primer semestre del año pasado.
ENDESA PREVÉ UN SEGUNDO SEMESTRE «MÁS NORMALIZADO»
No obstante, la energética subrayó que, aunque a día de hoy no es posible estimar el impacto futuro del covid-19, espera un segundo semestre «más normalizado, lo que, unido a la resistencia de tener un modelo de negocio integrado y una baja exposición de las empresas reguladas, le va a permitir mantener sus estimaciones para este año 2020».
De esta manera, a pesar de este entorno incierto por la pandemia, la compañía ha confirmado su política de dividendos anunciada en el plan estratégico y las estimaciones para 2020, manteniendo sus objetivos para el ejercicio de un resultado bruto de explotación (Ebitda) de unos 3.900 millones de euros y un beneficio neto ordinario de aproximadamente 1.700 millones de euros.
Por otra parte, la empresa dispone a cierre de junio de líneas de crédito por más de 4.000 millones de euros lo que, unido a la puesta en marcha de planes específicos para la mejora y gestión eficiente de la liquidez, y su posición de infraapalancamiento, «le permite afrontar con tranquilidad la difícil situación económica actual, por la que atraviesa todo el país», añadió.
La deuda neta de Endesa a cierre de junio asciende a 7.092 millones de euros, 715 millones de euros más que a 31 de diciembre de 2019 (+11,2%), principalmente debido al dividendo que el pasado 2 de enero abonó a sus accionistas a cuenta del ejercicio 2019 por un importe bruto de 0,7 euros brutos por acción, lo que supuso un desembolso de 741 millones de euros.
El ratio de deuda neta sobre Ebitda se mantiene en 1,7 veces. La liquidez del grupo aumentó un 35% en este primer semestre, hasta 4.469 millones de euros, lo que cubre casi 23 meses de vencimientos de deuda.
Mientras, las inversiones brutas ascendieron a 797 millones de euros en el periodo, con un descenso del 16,6%, debido principalmente, al esfuerzo que la compañía realizó el año pasado la construcción de la potencia eólica y fotovoltaica adjudicada en las subastas celebradas por el Gobierno en 2017 y cuya puesta en explotación tuvo lugar en el ejercicio 2019.
ACELERAR UN 30% SUS INVERSIONES A 2022
El consejero delegado de Endesa, José Bogas, valoró que, a pesar del complicado entorno, la compañía ha demostrado «una gran fortaleza en un contexto del que no teníamos referencias previas».
«No solamente en el negocio y las cuentas de la compañía, sino en el apoyo que Endesa ha dado a las instituciones y a los ciudadanos en los momentos más críticos. Y ahora, con un escenario por delante complicado a nivel económico, queremos seguir ayudando a nuestro país, a la recuperación de la economía española, manteniendo e incluso acelerando nuestras inversiones previstas, ayudando a crear*empleo y generando riqueza; y luchando para que se haga además de la forma más sostenible posible», añadió.
En este sentido, la compañía reiteró su apuesta por acelerar su plan inversor previsto a 2022 en un 30% si acompañan las condiciones fiscales y regulatorias, hasta los 7.500 millones de euros, unos 1.700 millones de euros más, con un efecto multiplicador sobre el PIB del país de 2.700 millones de euros, con una generación de empleo de 12.000 empleos directos e indirectos y alrededor de 27.000 empleos inducidos anualmente.