Se esperaba que 2020 fuera el año de la llegada masiva de la tecnología móvil 5G en España. Más velocidad, menor latencia y mayor capacidad de conectar objetos. A la tímida respuesta comercial, que ahora mismo está en manos de Vodafone, se iban a sumar los demás operadores. Además, vendría el despliegue industrial masivo. Todo ello tras el segundo dividendo digital y la subasta de espectro de radio. Pero entonces llegó el covid.
Ahora todo se ha reformulado, aunque sigue habiendo certezas, dudas y, en estos momentos, algún que otro bulo. ¿Cuál es cuál en esta categoría?
La certeza es que tras el parón causado por el estado de alarma, la subasta pública de frecuencias se ha pospuesto al primer trimestre de 2021. En concreto, se subastarán las frecuencias en la franja de los 700 Mhz, que ahora ocupan canales de televisión TDT. Y todo esto vendrá acompañado de una importante inversión.
En concreto, según el informe elaborado por Entelgy, ‘The BusinessTech Consultancy’, la implantación del 5G en España requerirá de una inversión de 5.000 millones de euros y el desarrollo de nuevos servicios y productos compatibles que exigirán su propia inversión. Por ejemplo, según estimaciones de la Dirección General de Carreteras del Ministerio de Fomento, adaptar las carreteras de la Unión Europea al coche autónomo exigirá una inversión de 10.000 millones de euros.
Sin embargo, aunque suponga un esfuerzo inicial, una vez completada la extensión de la red 5G, España obtendría unos beneficios indirectos de 14.600 millones de euros, teniendo en cuenta sólo los sectores de automoción, salud, transporte y “utilities”. La Comisión Europea calcula que los sectores donde se desarrolle el 5G obtendrán unos beneficios superiores a los 100.000 millones de euros al año y una importante creación de empleos.
DUDAS Y MENTIRAS SOBRE EL 5G
En cuanto a la duda, todas las miradas apuntan hacia el fabricante y proveedor de redes Huawei. En concreto el papel que jugará en el despliegue en España y el resto de Europa. Desde la compañía defienden su trabajo. Pero la guerra comercial entre Estados Unidos y China no deja que haya un “bando neutral”.
Y las consecuencias las pagarán los futuros usuarios del 5G. Porque al final todo se puede resumir en un aumento de los costes si, finalmente, existe un veto sobre Huawei. Algo que los operadores de telefonía deben afrontar con decisión.
Por lo que respecta a la chufa, y según consta en el informe de Entelgy, uno de los grandes bulos del 5G durante la pandemia del coronavirus es que las compañías estaban aprovechando el confinamiento para instalar las antenas y sistemas capacitados para ofrecer esta nueva conexión, entre otras cosas para propagar el virus como un mecanismo de control de la población. Además, sigue existiendo el temor a los efectos adversos que pueden tener las ondas que emiten y reciben estas antenas.
Sin embargo, la Comisión Internacional de Protección contra la Radiación No Ionizante (ICNIRP) ha realizado diversos estudios, avalados por la OMS, en los que concluyen que la radiación de las ondas 5G no es perjudicial. Según los expertos de la GSMA, cuando usamos un móvil solo recibimos un 1% de la radiación permitida por la ICNIRP, que es la institución que establece los rangos seguros de emisión de frecuencias.