jueves, 12 diciembre 2024

Car2Go echa más gasolina al sector del taxi y dibuja su futuro perfecto

La movilidad urbana dentro de una década será completamente distinta a la que conocemos en la actualidad. O al menos, habrá cambiado bastante. Dos factores serán claves: la adopción plena de los vehículos eléctricos y su capacidad de ser autónomos. En ese contexto, compañías como Car2Go saben que triunfarán. Los perjudicados de la película serán los taxistas.

Si el sector del taxi lleva una semanas convulsos, el último informe de la empresa de vehículos compartidos ha debido sentar como una nueva losa. Por si fuera poco tener que pelear contra Uber y Cabify en la captación de clientes y cambios tecnológicos, los profesionales del taxi se enfrentarán dentro de poco a la siguiente amenaza: los coches autónomos.

Para ello habrá que esperar todavía unos años, quizá antes España vuelva a ganar un Mundial de Fútbol, quién sabe. Pero el camino ya se está creando. Así, en un informe de Car2Go cuyo título es muy elocuente: ‘Los cinco requisitos para operar satisfactoriamente flotas autónomas de vehículos compartidos en el futuro’, lo cierto es que no se menciona viajes a Marte ni colonias en la Luna. Es decir, que a falta de un puñado de años, la realidad de la movilidad urbana será autónoma y en ella habrá grandes vencedores e incómodos derrotados.

Con un tufo de intereses corporativos, Car2Go esboza -y tira recaditos- sobre la movilidad autónoma y cómo se gestionará. En primer lugar, unos datos contra los que el taxi nada puede hacer: las horas disponibles. Y es que un vehículo (personal) privado está sin utilizar como promedio más de 23 horas al día. Un vehículo compartido en un sistema de flotas flexibles tiene una tasa de utilización entre cinco y seis veces  mayor. Un vehículo compartido autónomo del futuro estará casi las 24 horas del día en movimiento. Es decir, de cara al negocio del transporte urbano, quienes sean capaces de gestionar flotas autónomas podrán tener una circulación continua con un coste muy bajo.

Aunque el informe de Car2Go matiza que, para conseguirlo, la gestión óptima de las flotas de vehículos autónomos compartidos será crítica. Destaca, sobre todo, la predicción de la demanda y la carga de los vehículos eléctricos.

Lo que Car2Go debe solventar

La pregunta sobre cuándo y dónde un cliente necesitará un coche debe ser respondida incluso antes de que el cliente busque activamente un vehículo. ¿Por qué es así? En un mercado competitivo de la movilidad el cliente elegirá probablemente al proveedor que le ofrezca el mejor servicio en el menor tiempo, de la forma más fiable y a un precio razonable, y tiene coches disponibles en el momento y lugar exactos en los que el cliente necesita.

Para el proveedor esto significa que el coche ya debería estar idealmente en camino hacia el cliente antes de que éste reserve siquiera el vehículo.

El incremento de las flotas flexibles eléctricas en las ciudades, es sin lugar a dudas, una excelente noticia para las ciudades y para sus habitantes, señala el informe. Con las flotas flexibles eléctricas, las emisiones se hacen más limpias y los mismos vehículos son mucho más silenciosos. Todo esto, supuestamente, contribuye a mejorar la calidad de vida.

Pero este escenario va unido a varios desafíos. Pues, con independencia de la capacidad de rendimiento de la batería de los futuros vehículos eléctricos, y de la rapidez con que se pueda cargar, siempre llega la hora en que la batería de un automóvil está vacía y debe recargarse.

Citan un ejemplo práctico: un coche eléctrico tiene que cargarse después de un alquiler porque su batería es muy baja. Pero ¿qué ocurre si en el lugar donde termina el alquiler no hay una estación de carga libre disponible? El vehículo debería recorrer un largo camino hasta la próxima estación. Esto supondría, por una parte, que el vehículo no está disponible para el cliente en este periodo, y por tanto que no se puede satisfacer la demanda del cliente; por otra parte, el viaje de vacío a la estación de carga lejana provoca un tráfico adicional.

Por ello es fundamental ubicar de forma óptima las estaciones de carga en la ciudad, para que no se produzca el caso antes descrito; sólo así se consiguen recorridos cortos y eficacia máxima, con la satisfacción de todos los participantes.

La tranquilidad para el taxi

¿Debe preocupar al taxi la llegada de los vehículos autónomos? Sin ninguna duda. Incluso, le debe preocupar más que Uber y Cabify. O incluso lo mismo, puesto que estas dos compañías tenderán a desarrollar también flotas autónomas, y el problema será doble. Básicamente porque ante eso nunca podrá pelear un taxista.

Así, solo tiene dos cosas a su favor: el tiempo y los políticos. Mejor dicho, que gracias a los segundos, los primero no llegará hasta dentro de bastantes años. Habrá que legislar, regular y muchos grupos parlamentarios se deberán poner de acuerdo. Algo impensable en estos momentos y, viendo los últimos 40 años de democracia, algo poco imaginable también en las próximas dos o tres legislaturas.

Se trata de reajustar la movilidad urbana por completo. La Dirección General de Tráfico debe ser partícipe, las corporaciones municipales, las empresas… entre todos deben acordar las normas de circulación para flotas autónomas. Y eso, por ahora, es algo impensable. Al menos ese es el consuelo que tienen los taxistas.


- Publicidad -