Alcoa ha insistido este miércoles en su postura de parar las cubas de la planta de aluminio de San Cibrao, con el fin de que haya posibilidades para una venta de la factoría. En cambio, el comité de empresa avisa de que esa opción supondría «la muerte» de la fábrica, por lo que llama a Xunta y Gobierno a «paralizar» el ERE, cuyo periodo de negociación finaliza este viernes.
Este miércoles, representantes de la dirección de empresa y de los trabajadores han tenido una nueva reunión del periodo formal de consultas del despido colectivo en un restaurante en Lugo, en donde los empleados han recibido el apoyo del diputado de Podemos Rafa Mayoral.
Tras el encuentro, Alcoa ha dicho «no estar cerrada a una venta», pero incide en que «se hibernen las cubas de electrolisis para parar las pérdidas de la planta». Una postura ya avanzada por carta hace unos días por el presidente de la compañía en España, Álvaro Dorado. La multinacional aduce que las pérdidas ascienden a más de un millón de euros a la semana, por lo que las cubas «tienen que parar cuanto antes».
La compañía sostiene que el proceso de venta «requiere un tiempo para su ejecución y su éxito es incierto». «Por ello, antes de iniciar cualquier proceso de venta, es necesario parar de manera ordenada las cubas, porque urge frenar estas pérdidas», reitera. Respecto al proyecto industrial del Gobierno, afirma no tener «ninguna concreción.
«ALCOA NO QUIERE EXPLORAR NINGUNA VÍA»
En declaraciones a los medios tras la reunión, el presidente del comité de empresa, José Antonio Zan, ha señalado que los trabajadores han expuesto alternativas, pero «Alcoa no quiere entrar a trabajar ni explorar ninguna de ellas», solo «hablar de la parada de las cubas», una medida que «es totalmente errónea» y «tiene un coste superior a buscar una solución».
«La solución no se busca poniendo más que pegas o diciendo que solo quieren hablar del paro de las cubas, que al final es la muerte de la planta de aluminio», deja claro.
Y es que Zan urge a Gobierno y Xunta a que «se pongan a desarrollar mecanismos» para evitar el despido de 534 empleados que se hará efectivos esta semana. Emplaza a «salvar» la fábrica con una venta o una intervención total o parcial.
Entre esos mecanismos recuerda que la ministra de Industria, Reyes Maroto, ya se refirió a que Alcoa tendrá que devolver 38 millones en ayudas por CO2 si cierra, de manera que cree que por ahí se puede forzar una venta.
«Ante esta situación que está poniendo Alcoa encima de la mesa, solo queda que las dos administraciones hagan sus trabajo y paralicen este ERE, que no tiene sentido», clama el presidente del comité de empresa.
Lamenta que «Alcoa solo pone una alternativa que es el cierre», pero «no puede ser que una multinacional tenga de rodillas a dos gobiernos».
EL ALCALDE DE CERVO RECLAMA QUE EL GOBIERNO «HAGA ALGO»
Por su parte, el alcalde de Cervo (Lugo), el popular Alfonso Villares, ha apelado al Gobierno central a que «haga algo»: «O que apruebe el estatuto o que intervenga».
El regidor advierte de que son momentos «agónicos» para la comarca de A Mariña ante la amenaza de cierre, mientras el tiempo para revertir la situación «se agota».