La reforma del Santiago Bernabéu va como un tiro. Los primeros tramos de las cerchas, tanto norte como sur, ya están en posición. Se va avanzando para arrancar lo que será una de las señas de identidad del estadio: la cubierta retráctil. Además, FCC también está dando forma al pilar sur (el norte ya está finiquitado), y se continúa con la demolición de las antiguas oficinas, así como con el desmontaje del aislamiento exterior del peto de la calle Padre Damián.
El parón ocasionado por la pandemia durante dos semanas parece un lejano pasado. La vuelta al tajo parece ser una carrera de fondo en la que tanto FCC como el Real Madrid parecen tener prisa por acabar la reforma antes del plazo establecido: agosto de 2022. El hecho de jugar a puerta cerrada ha trasladado los partidos fuera del Bernabéu. Y eso ha permitido dar un importante empujón.
Todo parabienes para el club presidido por Florentino Pérez, que puede ver culminado su sueño antes de tiempo. Sin embargo, para FCC las mieles del prestigio que significa dar forma a una obra emblemática de este calado pueden convertirse en hieles en el marco puramente económico.
Porque lo habitual, cuando hay que meter una marcha más en una obra, es que los costes extra los acabe pagando el cliente si es éste el que pide pisar el acelerador: más horas de personal, permisos, urgencia de suministros… Eso sí, siempre y cuando la obra no lleve retraso (en el caso del Bernabéu, lo llevó a causa de la pandemia).
Entonces, el cliente (el Real Madrid) podría pedir al contratista (FCC) que lo hiciera a su costa para no incurrir en penalización. En ocasiones, también hay premios para el contratista si acaba la obra antes de plazo y le compensa acelerar aunque le suban los costes porque lo puede gestionar. En este caso concreto del Bernabéu, todos los supuestos expuestos podrían estar encima de la mesa.
EL PRECIO DE FCC
FCC se hizo con la reforma del Santiago Bernabéu presentando una propuesta a la baja. Ninguno de los otros aspirantes (Ferrovial, Acciona y grupo San José) presentó una propuesta que bajase de los 500 millones de euros. Fueron más comedidos. O, mejor dicho, no vieron factible, ni económicamente rentable, pujar por debajo de esa cantidad. La compañía a los mandos de Carlos Slim llegó a los 475 millones de euros.
Por tanto, FCC pujó a la baja para hacerse con una obra tan emblemática como lo es el Bernabéu que es visitado y contemplado por millones de personas cada año. Habrá que ver cómo acaba afectando a la cuenta de resultados.
De momento, las actividades de Construcción y Cemento (las que más relación tienen con el Bernabéu) son las que peor paradas han salido en la presentación de resultados de FCC durante el primer trimestre. A la espera de lo que pueda suceder en el segundo, las previsiones son se presuponen buenas. Ya en el primero, la propia FCC reconocía que ambas actividades se habían visto afectadas “en mayor medida y diverso grado por las medidas de restricción de actividades no esenciales decretadas en la mayoría de los países en los que opera el grupo”.
Un ejemplo: el Ebitda de FCC fue de 218,5 millones de euros en el primer trimestre (+5,1% respecto al mismo periodo del año anterior). Todas las áreas crecieron menos Construcción, que cayó un 8,8%, y Cemento, que hizo lo propio un 55%. Campos en los que, según FCC, han estado “especialmente expuestos por el descenso de la actividad debido a la epidemia”.
Ese sobrecoste para FCC puede tener una cantidad: 100 millones de euros. El Real Madrid, para financiar la obra, cerró un préstamo de 575 millones de euros. El interés fio es del 2,5%, sin garantías hipotecarias, y con tres años de carencia de amortización del principal.