No es R2D2 ni C3PO. Pero su nombre bien podría ser el de unos de los androides de ‘La guerra de las galaxias’: PSD2. ¿Qué es? Pues la nueva directiva de servicios de pago (Payment Services Directive 2) de la UE que entrará en vigor el 13 de enero de 2018 en España. Entre otros cambios, supondrá que entidades como Caixabank, Bankia, BBVA o Santander deberán acometer una serie de cambios.
El objetivo de PSD2 no es otro que proteger al consumidor en un mercado en el que, como reza un antiguo dicho, “los tiempos no corren, sino que vuelan”. Un mercado en el que los viejos actores, la banca tradicional, tiene que convivir con los nuevos, las denominadas fintech. Se trata de aquellas empresas que engloban productos y servicios financieros innovadores a través del uso de la tecnología mejorando los sistemas financieros.
Los consumidores tendrán la opción de utilizar a otros para iniciar pagos o recibir servicios de valor a través de sus cuentas
“Estamos en un momento muy vivo que afectará a la relación entre las diferentes entidades”, afirmó Santiago Carbó, director ejecutivo del Observatorio de la Digitalización Financiera de Funcas, durante un encuentro organizado por dicha entidad. Y Ramón Cañete, socio responsable de Transformación de KPMG en España, añadió: “La colaboración entre bancos tradicionales y fintech es la mejor solución para ambas partes y para el cliente final”.
BBVA y Bankia deben compartir la información
A partir de esa fecha (aunque habrá elementos de seguridad que entrarán en vigor en septiembre de 2019), los bancos tradicionales (Caixabank, BBVA, Santander, Bankia…) están obligados a compartir la información que poseen con las llamadas fintech que el cliente quiera. Porque esa información es de su propiedad. Y él decide qué hacer con ella.
Es decir, que los consumidores tendrán la opción de utilizar a otros para iniciar pagos o recibir servicios de valor a través de sus cuentas. Y Bankia, BBVA, Santander y el resto de entidades financieras, no podrán impedirlo ni cobrar por ello.
“Los bancos tienen que verlo como una oportunidad de trabajo conjunto. Tienen que transformarse en fintech y ser más ágiles y no tan jerárquicos en sus estructuras”, señaló Pablo Ruiz, head of Innovation de Liberbank, en el citado encuentro.
Jesús Pérez, presidente de la Asociación Española de Fintech e Insurtech (Aefi), por su parte, manifestó que “mucha gente va a tener productos financieros a menores costes. Más inclusión y más servicios financieros”.
Para que todo ello ruede a las mil maravillas, las entidades financieras se verán en la obligación de no sólo adaptar sus infraestructuras y servicios a la nueva directiva, sino que también, y en determinados casos, adecuar sus modelos de negocio. “Será fundamental derribar las barreras organizativas, de orden tecnológico y de negocio, para establecer un modelo de Gobierno que entienda el nuevo canal”, asegura David García, director ejecutivo de Everis.
¿Y en qué radica esa mayor seguridad? Actualmente, por ejemplo, únicamente se requiere una contraseña o los detalles de una tarjeta de crédito para las compras online. A partir de entonces, será necesario que el usuario proporcione dos de tres pruebas posibles para llevar a cabo una transacción.
“La nueva regulación aportará mayor seguridad en los pagos a la vez que ofrecerá a los consumidores más capacidad de elección del proveedor de pagos”, concreta David García. Y añade: “Las empresas fintech y bigtech encontrarán aquí una oportunidad inmejorable de acceder a grandes cantidades de información sobre sus usuarios con los que evolucionar la experiencia hacia agentes personales”.
Dicho de otra manera, podrán dar al consumidor recomendaciones en cualquier ámbito financiero. “Habrá empresas que serán capaces de dar una posición de lo que tiene y qué tiene que hacer para mejorar sus finanzas. Lo que van a ofrecer es valor añadido”, indica Jesús Pérez.
Si echamos la vista atrás, habitualmente entidades como Caixabank, BBVA o Bankia lo que hacían era ofrecer un abanico de productos bastante parecidos a dos gotas de agua. Las enseñas fintech ofertan una nueva gama de productos. “Permitirá a más personas probarlos de manera sencilla y con un riesgo contenido, lo que incrementará el conocimiento real y práctico de los clientes sobre productos alternativas”, asegura el director ejecutivo de Everis.
Por tanto, lo que hará será acelerar el cambio que están sufriendo las entidades financieras ya que habrá menos barreras de entrada, aparecerán productos y servicios alternativos, y supondrá la puesta en escena de los llamados ‘bancos líquidos’. ¿Cuál será su seña de identidad? Que operarán sin la necesidad de ser bancos ni tener productos propios.
De momento, en España hay 282 empresas fintech, y 88 insurtech. Un sector que está madurando y que quiere jugar en la misma liga que Bankia, BBVA o Santander. ¿Van a hacer desaparecer a los bancos? “Nos harán ser más competitivos y eficientes”, subraya Pablo Ruiz, de Liberbank. De lo que no cabe duda es que el consumidor final acabará teniendo mejores opciones.