En poco más de dos semanas Intu Xanadú podrá cambiar de manos. El centro comercial madrileño ha atraído la mirada de muchos inversores en los últimos meses. Muchos de ellos querían pescar en río revuelto, tras la agonía financiera de uno de sus propietarios, Intu Properties. Una aflicción que ha terminado en quiebra, anunciada oficialmente el pasado 26 de junio, y que ha provocado su colocación acelerada en el mercado. A su vez, ese proceso ha terminado por desatar una auténtica carrera para la adquisición de una pieza que todavía es muy cotizada dentro del sector.
Xanadú es el último inmueble que ataba a Intu con España. Los problemas económicos de la compañía obligaron a la venta acelerada de sus otros grandes centros como el de Puerta de Venecia o Intu Asturias. Ambos se liquidaron casi a precio de saldo en la huida hacía delante de la firma para llegar a un acuerdo con los acreedores. Pero, ¿por qué no se ha vendido también Xanadú? Sencillamente, porque su colocación oficial en el mercado está capada por una cláusula de bloqueo firmada con el otro propietario, el grupo Nuveen. Aunque eso no quiere decir que no hayan llegado ofertas extraoficiales, incluida la de su socio.
Pero el plazo expira este mismo mes de agosto. En ese momento, la compañía podrá negociar oficialmente para vender su 50% y con ello obtener la liquidez necesaria para intentar salir de su situación concursal. Además, puede negociar libremente, sin la intervención de los acreedores, gracias a que Xanadú, al igual que otros centros británicos como Broadmarsh o Arndale, no están sujetos a instrumentos de deuda. De hecho, esta posición le permitía seguir operando con normalidad en los siguientes meses pese a la quiebra de Intu, pero lo más probable es que se ejecuta su venta.
XANADU, ES UNA DE LAS PIEZAS COTIZADAS EN EL SECTOR
Así, la continuidad del centro parece que no se ha puesto en ningún momento en duda, dado que podía seguir bajo el nombre de Intu o el de un comprador. De hecho, algunos de sus inquilinos aclaran a MERCA2 que no han tenido ninguna noticia, ni siquiera un rumor, sobre un posible cierre completo. «Un cambio de propietario es una situación bastante normal en el sector, pero eso no se traduce en ningún tipo de modificación con los clientes en alquiler. Al final, los inquilinos permanecen siempre y cuando funcione bien», señalan desde H&M que posee una tienda allí.
Los clientes fidelizados es uno de los grandes atractivos que ofrece el centro madrileño. De hecho, las últimas cuentas, las de 2018, reflejan que «la duración media obligatoria de los contratos en vigor tiene una vigencia de 3 años». Además, Xanadú contaba con un mínimo garantizado, en forma de alquileres firmados, de 36,1 millones entre uno y cinco años. Un promedio que le da algo de margen para superar la actual crisis, más si cabe que tras el confinamiento es uno de los centros que más público ha atraído hasta sus instalaciones.
El epicentro de todo ello es su concepto diferente de centro comercial. Xanadú apostó por una línea diferente, y en ese momento revolucionaria, de ir más allá del centro convencional que aglutinaba tiendas y algo de ocio. La particularidad de ofrecer una pista de esquí, una actividad de deporte combinada con aventura, le hizo único. Ahora, muchos años después parece no solo que ese concepto se ha afianzado, sino que es una de las pocas salidas para que estos centros puedan sobrevivir.
BBVA Y LA CAIXA SE JUEGAN 100 M€ EN LA OPERACIÓN
Así, bajo ese prisma innovador que le ha acompañado siempre sus resultados siempre han estado por encima de la media del sector. Los últimos datos, los de 2018, reflejan una buena salud pese a que los beneficios que aparecen en la sociedad sean negativos. Así, los flujos de explotación, que son los que realmente muestran la evolución del negocio, alcanzaron los 16,2 millones, un 60% más que en 2017. Mientras que otro centro de Madrid, como Islazul, registró casi un 40% menos de ingresos frente a Xanadu y un flujo operativo de 4,9 millones, un 30% menos que en 2017 y muy lejos respecto del de su competidor.
La buena marcha de Xanadú es un colchón importante tanto para BBVA y Caixabank que tienen ligado al centro cerca de 100 millones en préstamos. En concreto, la sociedad que administra el centro tiene una deuda con la entidad vasca por 43,8 millones y con la catalana por 65,7 millones. Aunque no son las únicas, a ambas se le añade BSCH con 65,7 millones, Axa con 52,6 millones y en menor cuantía Credit Agricole con 35 millones. Aunque, la venta a otro actor más solvente será un alivio para las firmas financieras.