El tema de la desgravación de los gastos del coche siempre es un tema complejo para el autónomo, principalmente porque la desgravación en estos casos solo se admite cuando el coche está vinculado directamente con la actividad económica, y esto es algo que puede llegar a resultar complicado de probar. Esto, y el elevado precio que tienen los vehículos, está haciendo que cada vez más autónomos se planteen la posibilidad de elegir un renting de vehículos en lugar de comprar un coche o una furgoneta para su actividad.
Sin embargo, esta modalidad de contratación no es adecuada para todos los casos. Así que vamos a analizarla con más detenimiento para que puedas saber si es la más indicada en tu situación o si sería conveniente que te hicieras con un vehículo en propiedad.
¿Qué es el renting de vehículos?
Hoy en día poner un negocio en marcha es algo más barato que hace unos años, y esto se debe en gran medida a que el autónomo puede alquilar una gran cantidad de los elementos que necesita para ejercer su actividad. Es posible alquilar una oficina, maquinaria, un coche e incluso contratar asistentes virtuales por horas. Todo esto contribuye a bajar los gastos.
En algunas profesiones contar con un vehículo es totalmente indispensable. Piensa por ejemplo en un comercial que debe desplazarse a visitar a sus clientes o en un fontanero que necesita una furgoneta para llevar todas sus herramientas a cada lugar de trabajo.
Para un autónomo comprar un vehículo es un gasto bastante importante que no siempre puede asumir. Además, el dinero invertido es, en cierta media, un dinero perdido, puesto que el valor de coche o la furgoneta se va depreciando con el paso del tiempo.
Esto ha llevado a muchos profesionales a preferir la opción del renting, que implica algo similar a un alquiler del vehículo pero en exclusividad.
El autónomo firma un contrato y a cambio obtiene un vehículo por el que pagará cada mes la cuota pactada. Transcurrido el tiempo acordado, el profesional puede quedarse con el vehículo pagando una determinada cantidad o bien puede devolverlo y firmar un nuevo contrato de renting para un vehículo nuevo.
Ventajas del renting para el autónomo
A nivel fiscal para el autónomo puede ser más interesante elegir un renting que comprar un vehículo. Esto se debe a que el renting es un gasto deducible en el IRPF, en algunas ocasiones se puede deducir hasta el 100%. Además, si el vehículo está afecto a la actividad de forma exclusiva también es posible deducir hasta el 100% del IVA de la cuota mensual.
También es una buena alternativa para aquellos que buscan ahorrar, puesto que la cuota mensual que se paga incluye gastos accesorios al vehículo como el mantenimiento y el seguro.
Los contratos de renting suelen tener una duración no demasiado extensa, entre 4 y 5 años, y en la mayoría de los casos los profesionales optan por hacer un nuevo contrato para otro vehículo en lugar de adquirir en propiedad el que han tenido en alquiler. Esto implica que el autónomo puede renovar su vehículo con bastante frecuencia, lo que a la vez le ayuda a ahorrar en combustible, puesto que los coches y las furgonetas son cada vez más eficientes.
Esta facilidad para cambiar de vehículo permite además que el autónomo pueda tener un vehículo siempre adaptado a sus necesidades. Incluso puede ampliar su flota de vehículos fácilmente si lo necesita y sin tener que hacer un gran desembolso.
¿Todo son ventajas con esta fórmula?
Hasta ahora hemos visto los aspectos positivos de esta forma de contratación, pero como autónomo también debes valorar los inconvenientes que tiene.
Si compras un vehículo tienes que hacer un gran desembolso de dinero, pero una vez que lo terminas de pagar puedes disfrutarlo todavía durante unos cuantos años más. En el caso del renting al final te pasas la vida pagando una cuota mensual, de forma que acaba convirtiéndose en un gasto fijo.
Por otro lado, cancelar un contrato de este tipo no es sencillo y suele llevar penalizaciones aparejadas, así que si las cosas te van mal y tienes que poner fin al renting es posible que te salga más caro de lo esperado, lo que podría llevarte a acumular todavía más deudas si estás en una situación difícil.
Como no eres el dueño del coche no puedes personalizarlo ni modificarlo a tu gusto. Esto implica que a priori no vas a poder poner publicidad de tu negocio, aunque esto es algo negociable. No obstante, nunca puedes hacer un cambio sin pedir primero permiso a la entidad con la que has firmado el contrato, ya que en caso de hacerlo podrías ser penalizado.
Aunque la cuota mensual incluye el mantenimiento, no puedes llevar el coche al taller que tú elijas, tiene que ser uno de los que te indique la compañía de renting, lo que te puede complicar un poco las cosas si te pilla lejos de casa o de tu negocio.
Por último, ten en cuenta que no debes superar el kilometraje anual contratado. Si lo haces se te aplicará un sobrecoste por los kilómetros de más que hayas recorrido. Así que si vas a moverte mucho tal vez te compense más tener un vehículo en propiedad.
En líneas generales no podemos decir que el renting sea una buena opción, pero tampoco podemos afirmar que sea una mala opción para el autónomo. Depende mucho del tipo de vehículo que necesites, de su situación económica y laboral y del uso que le vayas a dar.
Haz un cálculo estimado de lo que te costaría la compra y mantenimiento de un vehículo a lo largo de un año y compáralo con lo que te costaría un renting, si no vas a hacer demasiados kilómetros puede que te compense más alquilar que comprar.
En caso de que te hayas decidido por el renting no dudes en consultar con diferentes agencias, ya que suelen tener ofertas especiales para autónomos y siempre habrá alguna que te ofrezca un precio más asequible o unas mejores condiciones.