sábado, 21 diciembre 2024

Techo de gasto y reforma fiscal: momento clave en Estados Unidos

Tras los nuevos máximos marcados en los principales índices de Wall Street, nuevos acontecimientos pueden marcar el devenir del mercado de cara a las próximas semanas, que puedan continuar la senda actual o que, sin embargo, den la clave del inicio de una corrección que muchos inversores otean ya en el horizonte.

Las nuevas provocaciones por parte del régimen de Pyongyang, tras el lanzamiento de su misil más alto hasta la fecha en el mar de Japón, queda de momento en un segundo plano. Curiosamente, sin provocar alteraciones graves en las bolsas, como si ocurriera el verano pasado tras la escalada de tensión entre ambas regiones y las acaloradas reacciones de sus respectivos presidentes.

Sólo una posible confrontación entre las principales potencias mundiales como China Rusia, Japón y EEUU, sobre las medidas a adoptar contra el régimen, resquebrajaría la estabilidad actual. Además, se empieza a temer que la costa este de EEUU esté ahora al alcance de sus objetivos balísticos.

También observaremos con detenimiento los posibles acuerdos en el techo de deuda que tendrán lugar el próximo 8 de diciembre, tras posponerse su discusión desde el pasado mes de septiembre. Momento en el que la administración Trump, además, sugirió un paquete extra de ayudas importante para compensar la crisis originada por los huracanes.

El techo de deuda es la cantidad que puede ganar el gobierno estadounidense, autorizado por el Congreso para pedir dinero con el fin de pagar el déficit del presupuesto federal. Desde 2007 hasta en diez ocasiones se ha salido adelante en estos acuerdos, pero en algunas ocasiones como 2011 y 2013 originaron crisis de gobierno. Si finalmente se aprueba, la deuda total excederá los 20 billones de dólares por primera vez en la historia de EEUU. Pero en caso de no ampliarse, el Tesoro no podría emitir nuevos bonos por lo que su única fuente de ingresos quedaría en los impuestos.También sufriría la rentabilidad de los bonos que subirían porque los gastos de financiación a medio y largo plazo se incrementarían y, más grave aún, podría no haber fondos suficientes para pagar las pensiones, lo cual evidentemente originaría una gran crisis social.

Otro acontecimiento de relevancia será la reforma fiscal. Una de las mayores promesas en el programa electoral del actual presidente, que parte de dos grandes premisas. En el lado empresarial, la propuesta es reducir el Impuesto Sociedades del 35% al 15%, además de aportar una amnistía fiscal si los beneficios conseguidos por las compañías en el exterior son repatriados a EEUU. Mientras que a nivel personal, se reduciría el tipo marginal del 39,6% al 35%. Se disminuirían los impuestos sobre plusvalías y dividendos, se subirá la renta mínima a partir de la cual existe la obligación de pagar impuestos y se aumentarían las deducciones por matrimonio. Los ricos también se favorecerían al ver reducido su tipo marginal máximo. Mientras que algunas deducciones a familias numerosas y solteros podrían verse reducidas.

Todo esto en un mes que, con total probabilidad, significará un nuevo alza en los tipos de interés por parte de la Reserva Federal, dejando cumplido parte de los objetivos básicos de Janet Yellen, antes de ser reemplazada en el próximo mes de Febrero por Jerome Powell. Que, en su primera comparecencia, dio alas al sistema financiero, proporcionando un impulso bursátil importante en los bancos a nivel mundial.

Manuel Pinto, analista de XTB


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