Las irregularidades que vivió DIA con Ricardo Currás como consejero delegado tuvieron un fuerte impacto en la compañía. La caída en bolsa, y la pérdida de valor para los accionistas, fueron de tal magnitud, que la compañía todavía no ha terminado de levantar la cabeza.
La fase de instrucción continúa. Y tanto el propio Currás, como otros directivos, siguen dando su versión de los hechos. Versiones que apuntan al ex consejero delegado como el máximo responsable de lo acaecido en la cadena de supermercados. Sin embargo, fuentes cercanas al juicio señalan que “el fiscal está tirando con dardo”. Las contradicciones, y los balones fuera de los directivos, “pueden abrir la puerta a que alguno acabe siendo imputado”.
Habrá que esperar a que finalice esta fase para comprobar si, finalmente, sucede o no. Más allá, la pregunta que surge es cómo puede afectar a DIA si se acaba declarando culpable a Ricardo Currás. “Ante este hecho, los inversores podrían castigar a las acciones, como es de esperar, ya que estamos ante una falsificación de datos y cuentas. Por tanto, saldrá capital de las mismas”, apunta Diego Morín, analista de IG.
Será interesante ver cuál es el comportamiento y posicionamiento que acaban llevando a cabo los inversores
Por su parte, César Fernández Tajes, director del Isbif (Instituto Superior de Bolsa, Inversión y Finanzas), apunta en otra dirección: “Si la sentencia obliga al antiguo CEO a indemnizar a la compañía, en bolsa DIA debería reaccionar en positivo ya que recibiría fondos para reducir su endeudamiento”. Aunque matiza: “Aun así, el impacto debería ser limitado porque la indemnización no sería muy relevante para el tamaño de la compañía”.
Sea como fuera, de lo que no cabe duda es que será interesante ver cuál es el comportamiento y posicionamiento que acaban llevando a cabo los inversores. “Es posible que las acciones se encuentren infravaloradas, aunque también habría que estar pendiente a los resultados del próximo trimestre”, apunta Diego Morín.
DIA Y KPMG
Otro de los puntos interesantes de la fase de instrucción tiene que ver con KPMG. La auditora ha trabajado para DIA durante más de dos décadas. De momento, un auto de la Audiencia Nacional ha dejado claro que fue KPMG quien detectó las irregularidades. Y el forensic de EY ha inclinado la balanza a su favor: el único responsable es Ricardo Currás por ocultar información cuando se le solicitó.
La tranquilidad es la sensación que se vive en KPMG. Todavía no se sabe si el juez la llamará a declarar o no. Quien sí lo hará será Carlos Peregrina, el socio auditor de KMPG que también está imputado en la causa.
El trabajo del auditor consiste en realizar una serie de comprobaciones de la actividad financiera. Si las mismas se ajustan a lo que indica el reglamento, no habrán cometido ninguna irregularidad. “Los auditores no son investigadores. Son los inversores quienes deben ir más lejos de lo que indica la auditoría como, por ejemplo, en el caso de DIA”, apunta César Fernández Tajes.
Desde su salida a bolsa en 2011, hasta que aparecieron los problemas en 2018, DIA no había conseguido generar ni un euro de caja a pesar de que, contablemente, tenía importantes beneficios. “Estas señales, donde no hay correlación entre el beneficio contable y la caja generado durante muchos años, suelen indicar que hay ‘algo raro’ en la contabilidad”, matiza el director de Isbif.