La maquinaria propagandista del Gobierno está a pleno rendimiento. Con el conflicto catalán en barbecho hasta que empiece la campaña electoral, el Ejecutivo de Mariano Rajoy se pone el mono de trabajo para pelear los demás frentes. Uno de los más activos es contra Iberdrola y su petición para cerrar dos plantas térmicas.
Camino de los 20 días desde que la compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán solicitara el cierre de las centrales de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia), y tras el decreto ley retroactivo que se ha sacado de la manga el Ministerio de Energía, la cuerda sigue tensándose. Y lo hace, aparte de las reuniones oficiales, en los medios de comunicación. Solo falta que Galán y el responsable de la cartera, Álvaro Nadal, se pusieran en Twitter a tratar el tema.
El último capítulo lo ha escrito el ministro en el diario ‘El País’. En una entrevista donde ha repasado su argumentario, y lo ha defendido con vehemencia, Nadal deja claro que el cierre de las centrales por parte de Iberdrola se debe (o puede) a intereses económicos. De este modo, el responsable de la cartera de Energía pone en entredicho la verdadera implicación de la eléctrica con el medio ambiente.
Incluso, deja claro que las competencias energéticas deben ser públicas. A tal efecto, se entiende que las responsabilidades, así como una fotografía medioambiental que se parece a la de China, también será responsabilidad del Gobierno.
Según un informe de Bloomberg a modo de resumen de la cumbre climática celebrada en Bonn (Alemania) este mes, el consumo global de carbón ha caído en los últimos dos años un 4-6%. Y, lo más destacado, un nuevo impulso llevado a cabo por países como Francia y Reino Unido, junto con 19 estados más, hará que la reducción sea mayor. Pero España se ha quedado al margen de dicho acuerdo tomado en Alemania, algo que encaja perfectamente con las políticas que, por ahora, tiene el ministro Nadal en su cabeza.
China, un ejemplo ¿negativo?
Por el momento la fotografía de China y el uso del carbón no deja dudas.
Se trata de una de las energías más contaminantes; por eso, incluso el gobierno chino quiere, en la medida de lo posible, impulsar medidas para reducir su impacto. También es cierto que lo hará mediante las conocidas Cap-and-Trade, que son las tasas que se pagan para seguir usando modelos energéticos que contaminan a cambio de que ese dinero sea reinvertido por otros actores en energías menos contaminantes.
La pregunta es: ¿Ese es el modelo que quiere España? El ministro de Energía en su entrevista muestra, en cierto modo, su apoyo con el medio ambiente, pero todo lo convierte en una cuestión económica. “Si se quiere ser medioambiental, hay que subir los precios; y si se quiere contener los precios, ganar competitividad y crear empleo, no se pueden tener las ambiciones medioambientales que a alguno le gustaría tener”. Con este ya me gustaría a mí, Álvaro Nadal echa balones fuera.
Iberdrola solo mira ¿por sí misma?
“Hay que preguntarse la razón del cierre. ¿Porque van a subir los precios del mercado y beneficia a las demás centrales? ¿Por imagen de marca?”. El ministro Nadal lo tiene claro, Iberdrola tiene algún interés extraño en este movimiento, y va más allá de su compromiso con el medio ambiente.
¿Y cuál es la respuesta de la energética? Prefieren no hacer comentarios. Merca2 se ha puesto en contacto con la compañía y, esta vez, no valoran la entrevista del ministro Nadal. Tiene sentido. Como indica en la misma, el Gobierno es quien asume las competencias energéticas, y parece que Iberdrola se mostrará reactiva ante las medidas del Ejecutivo. Ya habrá tiempo para la acción.