2020 está siendo complicado para los autónomos, y aunque todavía queda bastante año por delante, la incertidumbre parece que va a ser la tónica general. Pero no todo es negativo en este comienzo de década, desde el pasado mes de enero está en vigor la reserva asistencial para autónomos, una media que busca aumentar la protección social de este colectivo.
Se trata de un conjunto de ayudas que van destinadas a ayudar a aquellos profesionales por cuenta propia que hayan sufrido un accidente laboral o una enfermedad profesional, y que suponen un notable cambio en la protección de los autónomos, que sienten auténtico pavor ante la posibilidad de tener que coger una baja médica por lo desprotegidos que se sienten.
¿Qué es la reserva asistencial social para autónomos y a quién protege?
Son ayudas que permitirán al autónomo que ha sufrido un accidente laboral o una enfermedad profesional adaptar tanto su casa como su vehículo y su lugar de trabajo si así lo necesita. Se incluyen además prestaciones relacionadas como la rehabilitación y la reorientación profesional si esta fuera necesaria.
Los principales beneficiaos de estas ayudas son los autónomos, pero son extensibles a sus familiares y derechohabientes en caso de fallecimiento del profesional. Se incluye incluso a la pareja de hecho del autónomo si se encuentra en una situación de especial necesidad.
Veamos ahora cómo funcionan las principales ayudas que forman parte de esta reserva asistencial social
Ayudas para rehabilitación y recuperación de autónomos
Desde enero de 2020 aquellos autónomos que tengan que pasar por un proceso de rehabilitación por un accidente laboral o una enfermedad laboral que haya dejado secuelas tienen cubiertos los gastos de ingreso en centros socio-sanitarios o residenciales. De igual forma, su familia puede solicitar ayuda para cubrir los gastos de traslado, dietas y estancia.
La reserva incluye además partidas para sufragar el coste de medicamentos que no formen parte de tratamientos ordinarios y para sufragar el coste de prótesis y de ayudas técnicas que no estén regladas.
Ayudas de reorientación profesional y adaptación del puesto de trabajo
Es posible que las secuelas sufridas por el autónomo le dificulten desarrollar su actividad profesional con normalidad, por lo que entre las ayudas previstas también hay partidas para adaptar el centro de trabajo y eliminar barreras.
Pero puede ocurrir que las secuelas sean tan importantes que el profesional ya no pueda seguir dedicándose a su actividad y tenga que buscar un nuevo empleo. En este caso puede acceder gratuitamente a programas de reorientación profesional que faciliten su inserción socio-laboral.
Ayudas para la adaptación de la vivienda
Cuando a consecuencia de una enfermedad o un accidente se sufren secuelas de gravedad, no basta solo con adaptar el centro de trabajo, el autónomo también tiene que adaptar su vivienda a su nueva situación y esto puede llegar a tener un coste muy elevado. Para que no tenga que correr con estos gastos, la reserva asistencial para autónomos cubre los gastos de adaptación de la vivienda e incluso la adquisición de un vehículo adaptado.
Existe además una ayuda específica que pueden recibir quienes necesiten ayuda para hacer las actividades básicas de la vida diaria, por ejemplo si necesitan ayuda domiciliaria o un servicio de comida a domicilio, y también una ayuda para facilitar el acceso a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.
Además de estas que hemos visto, se prevén otras ayudas como un complemento para cubrir los gastos de sepelio en caso de que el autónomo fallezca a consecuencia del accidente de trabajo o la enfermedad profesional y un ayuda de pago único destinada a cubrir los gastos de alquiler y los créditos hipotecarios si el profesional queda en situación de vulnerabilidad.
¿Cómo saben los autónomos a qué ayudas puede acceder y cuál es su cuantía?
La característica esencial de la reserva asistencial es que hay ayudas de muy diferente tipo. Si las ayudas no son iguales tampoco tienen las mismas condiciones ni exigen los mismos requisitos a cumplir por parte del beneficiario.
En estos casos son las mutuas las que se encargan de todo lo relacionado con la gestión de las prestaciones. Ellas evaluarán la situación de necesidad del solicitante y determinarán la cuantía que le corresponde cobrar.
Eso sí, en estos casos será necesario como primer paso presentar un informe médico del persona sanitario de la mutua o de los servicios sociales que acredite la situación en la que se encuentra el autónomo.
La reserva asistencial para autónomos es una importante novedad
Lo que está claro es que la reserva asistencial es una gran avance en la protección social de los autónomos, que hasta este momento no contaban con demasiadas ayudas cuando tenían que afrontar las consecuencias de enfermedades profesionales o accidentes laborales.
El objetivo es ayudar a las personas que están en situación de vulnerabilidad, pero también conseguir que puedan volver lo antes posible a su actividad profesional o, si esto no fuera posible, a poner en marcha otro negocio o conseguir un contrato de trabajo.
Aunque las diferencias entre asalariados y autónomos siguen siendo bastante importantes, medidas como estas contribuyen a hacer esa brecha un poco más pequeña. Y es que no podemos olvidar que los autónomos son un colectivo especialmente vulnerable frente a los accidentes laborales y las enfermedades profesionales, de los que se pueden derivar graves secuelas que pueden cambiar la vida de una persona para siempre.
En los últimos años la cuota de cotización al RETA ha estado en aumento, y esto es algo que siempre ha sido criticado por las principales asociaciones de autónomos. Sin embargo, a medida que han crecido las cotizaciones también ha aumentado la protección. Puede que todavía quede mucho por hacer para que asalariados y autónomos puedan tener unos mismos derechos, pero poco a poco los autónomos españoles se van convirtiendo en unos de los mejores protegidos a nivel social en el ámbito europeo.
Nadie duda que 2020 es un año complicado para ser autónomo, pero la llegada de medidas de protección como la reserva asistencial hacen que esta década de los años 20 del siglo XXI sea un poco más sencilla para los autónomos que pasan por una situación de necesidad.