París se ha convertido en uno de los ecosistemas emprendedores más potentes y vibrantes de Europa. En 2016 las startups francesas facturaron más de 2.700 millones de euros, lo que supone un 22% más que en el ejercicio anterior. Según un estudio del Banco de Francia, las empresas emergentes que participan de manera activa en la transformación económica generan el 58% de los empleos en Francia.
En los últimos años la administración gala ha impulsado algunas iniciativas interesantes para impulsar el ecosistema. En 2014 lanzaron French Tech, un sello que reconoce a empresas innovadoras del país y a ciudades con espíritu startupero. Este proyecto incluye 200 millones de euros para acelerar empresas prometedoras. Además, en 2015 se creo la French Tech Visa, un programa que pretende facilitar la entrada de talento extranjero y que acoge buenas ideas que vienen de fuera, ofreciendo financiación, socios, ayuda administrativa, networking, etc.
Este año se ha producido otro gran hito para Francia. En julio se abrió en la capital gala Station F, un gran hub que se emplaza en una antigua estación de tren y del que dicen supone el mayor campus para startups del mundo. Cuenta con 34.000 metros cuadrados y de momento albergará a 3.000 emprendedores. 265 millones de euros y más de tres años de obras se han necesitado para la restauración del recinto, que da cobijo a 26 programas de emprendimiento distintos.
Con este marco se ha celebrado la séptima edición de Digital Sisters, un evento que hermana los ecosistemas de emprendimiento francés y español, que se articula entre Barcelona y Madrid y que está organizado por Business France, la agencia de internacionalización de la economía francesa, con 4 misiones y 73 despachos repartidos por todo el mundo.
“Este año tenemos un momento formidable en el ecosistema en Francia y para esas startups quieren entrar en contacto con los interlocutores españoles. Y con razón, porque en España hay un gran auge de las startups, de empresas de ecommerce, de Smart cities o IoT. Es un momento muy adecuado para seguir con este afán de conectarnos entre nosotros a través de estos proyectos”, ha asegurado el embajador de Francia en España, Yves Saint-Geours. Para el diplomático la Península Ibérica es un lugar estratégico para el desarrollo, puesto que en ella se celebran dos grandes eventos tecnológicos como el Mobile World Congress de Barcelona o el Web Summit de Lisboa. “Hay mucho en común en lo que están haciendo los emprendedores franceses y los españoles”, ha subrayado.
La directora de Business France Iberia, Geraldine Filippi, ha redundado en esta última idea del embajador y ha defendido la necesidad de tender más puentes entre los dos países. Las cifras avalan su pensamiento. “Francia es el primer cliente de España. Somos el segundo proveedor de España, el tercer inversor más grande. Nos hemos erigido como el primer país de acogida de la inversión española en Europa. Cada vez que una empresa española invierte fuera se va a Francia”, afirma. La responsable también señala que hay 1.300 empresas españolas que operan en Francia y dan empleo a 40.000 personas, mientras que en España existirían 300.000 empleados que trabajan para empresas francesas las cuales tienen una facturación de 84 millones de euros.
Filippi ha elogiado la labor de España para salir de la crisis y ha felicitado a los españoles “por haberse recuperado de manera fenomenal. Se ha reformado muchísimo el país”. Con una tasa del crecimiento del 0,9 y un PIB del 3% para la directora de Business France Iberia España es un lugar en el que “hay que estar” y buscar socios. Asimismo, ha animado a los empresarios españoles dedicados a las nuevas tecnologías a cruzar los Pirineos para encontrar apoyos. “Francia tiene el mejor crédito fiscal de I+D del mundo. Es una puerta para empresas innovadoras”.
La unión hace la fuerza
Durante la celebración de Digital Sisters en Madrid se ha celebrado una mesa redonda centrada en la innovación en la que han participado BBVA, RTVE y 4YFN y en la que se ha puesto de manifiesto la necesidad de pensar en global y encontrar lazos en Europa para que las startups tengan más fortaleza a nivel competitivo.
“La unión entre países es crucial. España es muy fuerte, pero por sí sola no puede competir con un Silicon Valley, con Israel o con lo que viene de Asia. La única manera es la conexión entre países. Hay que hablar de proyectos europeos de talento europeo con visiones europeas. Ya no buscamos el apoyo local, pensamos en global y de manera integradora”, ha comentado Esteban Redolfi, director ejecutivo de 4YFN.
El responsable del congreso de emprendedores que coexiste con el Mobile World Congress y que se ha abierto al exterior con eventos en varios continentes, opina que la receta del éxito está en la mezcla. “Las uniones más potentes que estoy viendo suelen estar formadas por una startup israelí con corporación española e inversores franceses y así con todas las combinaciones que queráis. Una cultura por sí sola no puede competir”, expresa Redolfi. Para él “la gran barrera es el desconocimiento, es muy difícil saber todo lo que ha pasado en todo el mundo”, sentencia.
El cofundador de 4YFN también ha puesto sobre la mesa las ventajas que pueden surgir de una colaboración hispano-francesa. Entre ellas, destaca la amplitud de miras. “Las startups francesas pueden ampliar mercado hacia Oriente Medio y el Norte de África, mientras las españolas apuntan hacia Iberia y Latinoamérica”. Igualmente Redolfi confía en lo beneficioso que puede ser un mix de habilidades de los profesionales de uno y otro país. “Las startups francesas son muy pragmáticas, directas al presentar su propuesta de valor. Por su parte, las startups españolas son muy buenas a la hora de comercializar. Con ambos aspectos pueden tenderse buenos puentes”, apostilla.
En Digital Sisters también ha intervenido Berenger Briquez, Head of Digital & Big Data de TMC, que ha mostrado las oportunidades de nuestro país a los empresarios e inversores franceses. Para el responsable de esta consultora, “España está muy orientada al ámbito digital y a las redes sociales. Aquí, el marketing digital se aplica a todo, incluso a la agricultura. Hay mucha cabida para las startups de grandes grupos, se acabó la hegemonía de grandes grupos que trabajan solo con grandes grupos”. Briquez está convencido de que “se ha entrado en una era de micromarketing. Hoy las grandes compañías buscan la frescura y el microexpertise que solo pueden ofrecer algunas startups”.
En esta edición de Digital Sisters también ha habido media docena de pitches de compañías francesas emergentes. La ganadora ha sido Mediarithmics, una startup que va muy en la línea de lo contado por Brizquez. La empresa propone a editores y anunciantes una plataforma de marketing digital y les ayuda a monetizar con sus datos. Ofrecen una herramienta modular que se ajusta a sus necesidades y que es capaz de recolectar información en tiempo real para facilitar la toma de decisiones.
Tanto el ecosistema francés como el español han conseguido hacerse fuertes, contar con startups y atraer a inversores. Ahora tienen el reto de obtener el favor de cada vez más corporaciones, con algunas de ellas que han creado ya sus propias aceleradoras. En este sentido siempre confrontan la agilidad y la velocidad de las startups para tomar decisiones con las infraestructuras gigantescas y procesos estandarizados de las grandes empresas, que hacen que todo se demore mucho más.