La famosa canción de Julio Iglesias (La vida sigue igual) bien podría aplicarse a los franquiciados de DIA hasta cierto punto. Porque, tras un año como máximo accionista de Mikhail Fridman, la relación con los franquiciados no sólo no ha mejorado, sino que ha empeorado.
“La relación de Fridman con los franquiciados sigue en la misma línea que sus antecesores. Los actuales gestores quieren quitarse franquiciados”, señalan desde la Asociación de Afectados por Franquicias de Supermercados (Asafras). Según dicha fuente, Ricardo Currás, el ex consejero delegado de DIA, vendía las tiendas con cuentas falseadas. De ahí que esté imputado por administración desleal y falsedad contable. Y, aunque ha habido cambios en la cúpula, los mandos intermedios continúan siendo los mismos. “Siguen haciendo el mismo tipo de prácticas”, recalcan.
De ahí que la idea del actual equipo directivo sea “reducir las franquicias a la mitad”, apuntan desde Asafras. Por eso, la táctica que se utiliza es la misma del pasado. Por ejemplo, no abonar a los franquiciados los márgenes que les corresponden. “A día de hoy, el problema en relación con los márgenes es que sigue siendo el mismo, no se ha corregido”, afirman desde Asafras.
Los problemas de DIA con los franquiciados no se han solucionado con la llegada de Fridman: siguen sin abonar los márgenes
Otra táctica que no ha variado con la llegada del nuevo equipo directivo es la que tiene que ver con la compensación de ofertas. DIA continúa sin abonar el margen que corresponde a los franquiciados. “Las ofertas de productos no se compensan en su totalidad”, matizan desde Asafras. Y concluyen: “La táctica es la de intentar salvar la empresa por los franquiciados. Luego, por lo proveedores. Y, finalmente, por los accionistas”.
ENFRENTAMIENTO CON LOS PROVEEDORES
Fue el 20 de mayo cuando Stephan Ducharme tomó las riendas de DIA. Kart-Heinz Holland, el anterior consejero delegado, abandonaba la nave tras un año. Y, como compensación a los servicios prestados, la compañía la recompensó con una indemnización de dos millones de euros.
DIA argumentó sobre el relevo que había cumplido con éxito la primera fase de reestructuración de la compañía. Un adjetivo que no comparten los proveedores. Algunos de ellos han recibido facturas con cargos relevantes atípicos no contemplados en plantilla ni en otros acuerdos bilaterales.
Además, un hecho bastante común durante los últimos años, como el retraso en los pagos, ha vuelto a ponerse de moda. Así como cargos indebidos por excusas ficticias, auto facturas de mercancía no recogida, incidencias de calidad declaradas de manera unilateral… De ahí que los proveedores contactados por MERCA2, y que piden mantener el anonimato, soliciten más flexibilidad en las condiciones.
A mediados de 2019, la situación era tan desesperante que se dejó ver en los lineales. El desabastecimiento hizo acto de presencia. Los proveedores estaban desesperados porque no sabían cuando iban a cobrar sus facturas. Hasta el mismísimo Mikhail Fridman tomó cartas en el asunto para que el conflicto no llegase a más. De ir a más, la situación podría repetirse.
DIA Y LOS CLIENTES
La cuota de mercado de DIA, en los dos primeros meses del año, fue del 6,1%. Durante el periodo denominado del confinamiento, dio un salto hasta el 6,6%. Pero, una vez llegada la desescalada, se ha desinflado como un globo, quedando en el 5,9%. Es decir, por debajo de lo cosechado a principios de año.
“Los supermercados, los más pequeños y de proximidad, fueron los que más crecieron. Pero han cedido DIA y el hipermercado discount”, señala Florencio García, Iberia Retail & Petrol Sector Director de Kantar. Todo parecía estar a su favor. Mercadona y Lidl eran los que perdían más cuota. Y se debía a que no eran ultra proximidad.
De esta manera, DIA lograba revitalizarse. Su mayor número de tiendas jugaba a su favor. Los clientes retomaban el contacto con muchas de ellas. De ahí que alcanzase números de hace año y medio. Pero la ‘nueva normalidad’ ha supuesto esa otra vuelta al pasado más oscuro de DIA. Los clientes han dado la espalda a la enseña de Fridman.
¿Razones? La libertad de movimientos ha hecho que los clientes hayan recuperado sus antiguos hábitos. Además, buscan espacios más amplios, que para ellos son sinónimo de seguridad. Sin olvidar el batacazo que supuso no poder satisfacer al cien por cien la avalancha de pedidos online. Hasta el consejero delegado de DIA, Ricardo Álvarez, salió a la palestra para pedir disculpas a aquellas personas que volvieron locas con unos pedidos que se retrasaron más de la cuenta. Los pedidos se multiplicaron por diez pero, a pesar del esfuerzo, su capacidad para dar servicio se vio comprometida.