Desde el año 2008, Aena entrega tarjetas VIP a alcaldes, diputados, senadores o autoridades de cualquier ámbito. Lo hace de manera gratuita y sin cumplir ningún requisito. No suponen un gasto, pero sí ha dejado de ingresar cerca de 277.000 euros. Hasta la fecha, ha entregado 10.075 tarjetas de este tipo. Gobierno y gestor aeroportuario siguen ocultando, amparados por la Ley de Protección de Datos, la identidad de estos estos cargos públicos. Y mientras, la transparencia de una entidad pública en entredicho.
Por segunda vez, el senador por las Cortes Valencianas de Compromís, Carles Mulet García, ha obligado al Gobierno a dar explicaciones sobre el reparto gratuito de tarjetas VIP de la entidad pública Aena. En esta ocasión, la cifra es mucho mayor de los 1.000 títulos que Merca2.es ya adelantó hace un mes. Ahora se trata de 10.075 tarjetas VIP las que el gestor reconoce haber distribuido desde 2007.
Esta cifra aumenta al tenerse en cuenta una nueva tipología de tarjeta VIP. Existen dos. Unas dan acceso a todas las salas VIP de la red de Aena, mientras que otras solo permiten disfrutar de los privilegios de las zonas VIP de un aeropuerto en concreto, explican fuentes oficiales de Aena. Por ejemplo, en 2015 entregó un total de 921 tarjetas VIP, de ellas 371 daban acceso libre a todas las salas VIP, pero las otras 550 solo algunas en concreto.
La cifra podría superar las 10.075 tarjetas VIP regaladas, pero curiosamente hay dos años que no tienen registros
Así, durante los primeros años, la cifra de tarjetas VIP era bastante elevada: 1.555 en 2008; 1.659 en 2009; 1.766 en 2010; y 1.629 en 2011. A partir de 2014 caen a 796, pero luego crecen a 921 en 2015; 816 en 2016 y 933 en lo que llevamos de 2017.
Y la cifra podría ser incluso mayor. Pero curiosamente hay dos años en los que no existen registros debido a un error informático. “En lo que respecta a los datos correspondientes a las anualidades de 2012 y 2013, cabe indicar que, debido a un fallo informático, no consta en los archivos de Aena información de las tarjetas emitidas en las citadas anualidades”, indican desde el Gobierno y confirman desde Aena.
El precio de las tarjetas VIP de Aena
Aena es una entidad pública. El 51% de esta pertenece a Enaire, adscrita al Ministerio de Fomento. De ahí que determinados regalos a algunos privilegiados no gusten a la opinión pública y más cuando está en duda el uso de dinero público para costear estas salas. De la misma forma que su ética y transparencia se ponen en tela de juicio en este tipo de cuestiones.
Sin embargo, el gestor defiende esta actividad. “Aena se financia exclusivamente con los ingresos propios de su actividad, no a través de los Presupuestos Generales del Estado, por lo que los ingresos para sufragar los costes de las salas VIP de los aeropuertos de la red, no provienen de la recaudación de impuestos, no suponen, por tanto, ninguna carga para las arcas públicas”.
La red de aeropuertos de Aena ha dejado de ganar 277.566 euros en los últimos años
Con o sin cargo a las arcas del Estado, Aena deja de ingresar una suma importante de dinero. Cada aeropuerto tiene sus tarifas. Este año los precios van desde los 25,40 euros de la sala VIP del aeropuerto de Lanzarote o Gran Canaria hasta los 29,70 euros del aeródromo de Madrid.
Si tenemos en cuenta que el precio medio este año es de 27,55 euros por acceder a estas salas y que no ha variado mucho en los últimos años, la red de aeropuertos de Aena ha dejado de ganar 277.566 euros en los últimos años, aproximadamente. Cifra a la que hay que sumar otro tipo de costes adheridos a estas tarjetas. Además de los dos años que no cuentan con registros.
Fuentes de Aena han declinado hacer una valoración sobre los gastos. Y desde el Estado explican que “los costes de las salas VIP de los aeropuertos de la red de Aena o los costes de las tarjetas de acceso a estas salas, tienen la consideración de confidencial”.
¿Quién recibe estas tarjetas VIP de Aena?
Aena cuenta con 26 salas VIP repartidas en 15 aeropuertos de la red. Estas salas ofrecen todo tipo de servicios de lujo para los pasajeros. Se trata de espacios distintos de la sala de autoridades y que el gestor llama «oasis de calma». Los agraciados de una de las tarjetas VIP pueden disfrutar de un variado catering, servicio de wifi gratuito de alta velocidad sin límite de tiempo o zonas de carga de dispositivos electrónicos, entre otros muchos.
¿En manos de quién acaban estos pases? “Las tarjetas VIP se entregan a personas/autoridades de los distintos ámbitos, locales, nacionales e internacionales, en función de las relaciones comerciales e institucionales para el desarrollo de la actividad de la citada sociedad”, especifica el Gobierno. Fuentes oficiales de Aena aseguran que la validez de las tarjetas no es superior a un año, desde que se emite hasta final de año. Así que existe la posibilidad de repetir de un periodo a otro.
En 2014, otro político evidenció esta situación. Eduardo Zorrilla, portavoz de IU en el Ayuntamiento de Málaga, devolvió la tarjeta VIP que le fue otorgada de forma gratuita. De momento, es el único que ha reconocido y ha denunciado recibir una de ellas.
Hasta la fecha el gestor aeroportuario solo había hecho público el reparto de tarjetas VIP de tres años. Y de forma incompleta. Aena repartió 331 tarjetas VIP en 2014; 371 en 2015; y 383 en 2016 que daban acceso a toda la red. Además de no desvelar toda la información, tampoco revelan los cargos públicos.
Eduardo Zorrilla, portavoz de IU en el Ayuntamiento de Málaga, devolvió la tarjeta VIP en 2014
El senador de Compromís también ha solicitado conocer los cargos. “Al ser una empresa pública, debería ofrecer, al menos, los cargos de las personas que reciben estas tarjetas. No pedimos los datos personales”, reprocha. Pero la respuesta siempre se avala en la Ley de Protección de Datos de Carácter Personal (LOPD) para no ofrecer más información.
De hecho, el Gobierno destaca que el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, en su informe de 28 de febrero de 2017, ha certificado “la decisión de Aena de no publicar las cuentas analíticas con mayor nivel de detalle”.
Desde luego la opacidad y falta de transparencia supone una mancha en la imagen de la empresa pública. A lo que hay que sumar la información que solo se completa a golpe de preguntas en el Senado. La cuestión es que, si un pasajero paga por estos servicios VIP, ¿por qué Aena regala ese privilegio a un diputado? El debate continúa abierto.