¡Qué haríamos sin nuestra madre! Las madres y abuelas siempre han estado cuidando y mimando a los más pequeños, aunque eso implicase contar algunas mentiras piadosas por su bien. ¿Cuántas veces te han dicho algunas de ellas para que comas, para que dejes de hacer algo peligroso, para que tomes alguna medicación, etc.? Seguro que más de una recuerdas aún con nostalgia de esos tiempos en los que eras niño…
Esto era especialmente acusado en las abuelas y madres de generaciones pasadas, que además tenía creencias religiosas, o supersticiones en las que creían, e intentaban prevenirte de algunas de las «terribles» consecuencias cuando pasabas bajo una escalera, cuando mecías una butaca, rompías un cristal, le dabas una patada a una lata, y tantas otras cosas. Algo que no hacían con ninguna mala intención, pero que tenían inculcado y podía infundir algún tipo de confusión o preocupaciones en los pequeños.