Si todos los profesionales necesitan mantenerse al día en cuanto a los conocimientos necesarios para desarrollar su trabajo, en el caso de los autónomos el reciclaje profesional es todavía más importante. Y es que aquellos que están dados de alta en el RETA no solo tienen que saberlo todo en cuanto a su profesión, también deben manejar otras disciplinas como la contabilidad o el marketing.
Sin embargo, la relación entre los autónomos y la formación siempre ha sido complicada. Por un lado les resulta complicado encontrar tiempo para seguir formándose, y por otro tampoco la Administración se lo pone fácil y no pueden acceder a la formación bonificada, lo que limita sus posibilidades de aprender sin tener que invertir dinero.
1¿Qué es la formación bonificada?
Los Poderes Públicos son conscientes de lo importante que es contar con una mano de obra bien cualificada, y entienden que no puede dejarse recaer el peso del reciclaje profesional ni sobre las empresas ni sobre los empleados. Por eso, existe una formación que es gratuita para los asalariados, es lo que se conoce como formación bonificada.
Tanto los asalariados como las empresas cotizan mensualmente a la Seguridad Social en concepto de formación. Con estas aportaciones se generan unos créditos que luego se conceden a las empresas para que estas puedan formar a sus empleados, sin tener que pagar nada por ello.
La formación bonificada es gestionada por la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (FUNDAE), en la que participan tanto organizaciones empresariales como sindicatos. A día de hoy se considera que esta formación es una de las mejores opciones que tienen las empresas para aumentar su productividad.