¿Qué tendrán los años 80 que nos gustan tanto? ¿Por qué se considera a esta etapa una de las más relevantes? Hay muchas respuestas y todas válidas: bien desde la industria musical, el entretenimiento, el ocio de entonces… y entre todas ellas, quizá como uno de los puntos más fuertes en sí, se encuentre la estética ochentera y su diversidad de marcas: Don Algodón, Liberto, El Charro…
Es bien sabido que, en aquella década, los iconos y su espíritu han sido explotados con éxito por la industria de la moda. Algunas de las marcas haciendo su reinterpretación nostálgica y mercantilizable que les han llevado a máximos 40 años después. También, muchas de ellas, y que se hacían de las más populares, han terminado por desaparecer. Ante ello, desde Merca2.es repasamos algunas de las marcas que se encontraban por entonces y que, hoy día, siguen existiendo.
1Los Liberto, diseño y estilismo ‘pijo’
Para comenzar repasando estas distintivas marcas, vemos que Liberto causó gran sensación. Tanta, que por entonces la marca de pantalones ya se había hecho un lugar entre las prendas más codiciadas del panorama de la moda. Algo muy a destacar, sobre todo, por su gran relevancia hoy presente.
También conocidos como Buenos Liberto -o Liberto a solas-, era una de las firmas más comercializadas entre los años 80′ y principios de los 2000 y que pese a la gran sacudida del mercado, lograron resistir fielmente entre la población joven.
Los Liberto, además, fueron los más deseados en prendas como el Cody para chicos y el Sister Cody para chicas, por lo cual se adueñaron de la moda más joven como ya hacían mientras firmas como la de Don Algodón, que también ha vuelto en los últimos años.
Ellas dieron paso así a otras marcas de gran interés por aquella época y que hoy son formas que todo el mundo busca porque van a la moda, como los Strauss. Así, los de Liberto, que eran conocidos por ser una marca más bien ‘pija’ por sus diseños y estilismos, sigue comercializando sus prendas en España, esta vez con venta online; fue la primera firma nacional en introducir el ‘lavado a la piedra’.
