El verano ya está aquí y con él, las buenas intenciones y las ganas de cuidarse un poco más para sentirnos más vitales y saludables. Sin embargo, comer bien no solo significa elegir productos de calidad e incluirlos en tu dieta, sino que se deben de tener en cuenta otros factores para conseguir, además, una alimentación sostenible y cuidadosa con el medio ambiente.
Esto es lo que se ha desprendido de un informe reciente elaborado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que ha revelado que dos tercios de los consumidores españoles están dispuestos a cambiar sus patrones de nutrición, y comer bien no solo para su propio beneficio, sino para reducir el impacto negativo medioambiental, entre otras cosas.
1Los tres pilares de la sostenibilidad alimentaria
Así, ¿por dónde podemos comenzar para conseguir una alimentación sana y sostenible? La OCU recomienda algunos principios básicos en los que la nutrición y la sostenibilidad van de la mano, y nos ayudan a conseguir el máximo beneficio no solo para nuestro organismo, sino que también contribuyan a mejorar la economía y la sociedad en general.
La sostenibilidad ambiental tiene que ver con el impacto en el paisaje, el uso del suelo, la huella de carbono o la biodiversidad, por lo que podemos cuidar la tierra a través del cultivo tradicional.
La sostenibilidad social va dirigida a la producción de alimentos, unas condiciones laborales dignas, salarios justos o la fijación de población rural.
La sostenibilidad económica «afecta a las relaciones equilibradas con los proveedores, el pago justo de impuestos, el fomento del empleo rural en el sector primario o la resiliencia de los territorios rurales».
Esto solo son las pautas básicas para acercarnos a escoger los productos más sostenibles, pero no es fácil. Los autores del estudio recomiendan sobre todo promover campañas de sensibilización pública a través de formación e información relativa a las rutinas dietéticas, que consideren tanto la nutrición como la sostenibilidad a partir de unos etiquetados más claros. Y, por su parte, la Comisión Europea ha redactado “De la granja a la mesa” (Farm to fork), un informe para establecer unas bases de producción y consumo de alimentos en el futuro a medio y largo plazo en la UE, y conocer su impacto a través de las etiquetas sostenibles. Así, ¿Cómo podemos nosotros contribuir con la alimentación sostenible y conseguir comer bien?