Quien más, quien menos, podría pensar que tras el relevo en la presidencia de OHL de Juan Villar Mir el siguiente en la lista será el consejero delegado, José Antonio Fernández Gallar. Cuando Carlos Slim aterrizó en FCC, por ejemplo, lo primero que hizo fue nombrar a un CEO mexicano.
Sin embargo, fuentes cercanas a la compañía han señalado a MERCA2 que José Antonio Fernández Gallar cuenta con el beneplácito de Luis y Mauricio Amodio: “Ahora mismo no vemos el cambio”. Los resultados que consiguió Fernández Gallar durante el pasado año, y que fueron positivos en todos los sectores, son un buen argumento para su continuidad. Además, consiguió reducir la deuda hasta los 106 millones de euros. “Los Amodio le están dando un voto de confianza porque ha conseguido reconducir parte del problema de OHL”, señala Diego Morín, analista de IG.
Un voto de confianza que puede tener fecha de caducidad. “En este tipo de operaciones, donde un nuevo inversor toma el control de la compañía, lo habitual es mantener el CEO al menos durante un año”, indica César Fernández Tajes, director del Instituto Superior de Bolsa, Inversión y Finanzas (Isbif). Y matiza: “Un tiempo que le permite, de forma amistosa, aumentar el conocimiento de la compañía y, progresivamente, ir introduciendo poco a poco personas de su confianza en el organigrama de la misma. Eso no tiene que interpretarse tampoco como una desaprobación a su gestión”.
Los Amodio dan un voto de confianza a Gallar porque ha conseguido reconducir parte del problema de OHL
Con ello, lo que se intenta es evitar el riesgo de generar inestabilidad en la gestión de la compañía, en este caso, OHL. Y que acabe afectando a los resultados. La pregunta que surge es, dada la situación actual sobrevenida por la pandemia, si el virus puede retrasar los planes de remontada de la constructora. “Sus clientes son las administraciones públicas y, de forma global, la mayoría de los Estados van a salir muy endeudados, con lo cual la obra pública se verá muy afectada”, apunta César Fernández Tajes. “Debemos ir viendo la evolución de las aperturas de economías”, sostiene Diego Morín.
LOS PLANES DE REMONTADA DE OHL
OHL se ha puesto como meta llegar a los 4.000 millones de euros en ventas en 2020. En 2019, la cifra alcanzada fue de 2.960 millones de euros. Es decir, 1.000 millones más. El negocio concesional, con la recién creada Senda Infraestructuras, volverá a jugar un papel destacado. También, en el zurrón de la remontada, OHL se ha puesto como meta optimizar y mejorar los márgenes operativos. Asimismo, apostar por el control de caja y la gestión activa de los proyectos inmobiliarios, y reducir el apalancamiento.
“La prioridad de los Amodio consiste en reducir los costes, rebajar la deuda neta y potenciar a OHL en otros países para lograr proyectos atractivos”, señala el analista de IG. Otro punto a tener en cuenta es que podrían desprenderse de la mitad del complejo Canalejas y del Old War Office.
Sobre la influencia que puede tener el relevo en la presidencia en la cotización de la acción, Diego Morín es claro: “Lo primero que tendrán en cuenta los inversores para apostar por OHL debe ser los proyectos que tengan en mente los Amodio y la confianza que le den al accionista. Pero, sobre todo, cómo afrontarán la deuda neta existente”.
El director del Isbif, por su parte, apunta a que “es un catalizador positivo para el precio de la acción de OHL. La razón es porque se visualiza que hay un cambio de control en la gestión. Los inversores habían perdido la confianza en la familia Villar Mir tras varios años de incumplimiento de los planes estratégicos presentados”. Desde el año 2014, OHL ha pasado en bolsa de más de 6.000 millones de euros a poco más de 200 millones de euros.