El Banco Central Europeo (BCE) ha defendido su «controvertida» decisión de exigir a los bancos de la zona euro la suspensión del reparto de dividendos y de las recompras de acciones subrayando que habría sido imprudente no hacerlo ante la incertidumbre por la crisis por la Covid-19, aunque la entidad ha asegurado que derogará esta restricción cuando la recuperación sea sólida, según ha indicado el presidente del Consejo de Supervisión del BCE, Andrea Enria.
«Esta medida es de naturaleza excepcional y temporal, y la derogaremos tan pronto como se disipe la incertidumbre económica y la recuperación sea sólida», ha señalado Enria, quien reiteró que espera ofrecer más claridad al respecto el próximo mes de julio, tomando en consideración la recomendación de la Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS).
La JERS, presidida por Christine Lagarde, ha emitido una recomendación para que las autoridades insten a las entidades financieras bajo su supervisión a que se abstengan de repartir dividendos y de llevar a cabo recompras de acciones propias «al menos hasta el 1 de enero de 2021», lo que supone extender al menos en tres meses la moratoria en vigor.
En este sentido, Enria ha subrayado que la recomendación de suspender el dividendo y las recompras de acciones busca preservar el capital de las entidades en un contexto marcado por la incertidumbre respecto de la profundidad y duración de la «esta peculiar recesión» y ha defendido que «hubiera sido imprudente» permitir que casi 30.000 millones de euros salieran del sector mientras una tormenta de magnitud desconocida se cierne sobre el horizonte.
«Soy consciente de que esta ha sido una decisión controvertida y reconozco que puede haber jugado un papel en la disminución de las valoraciones del mercado de los bancos europeos, ya deprimidas en los últimos meses. Aún así, restringir los dividendos y las recompras fue la decisión correcta para mantener dentro del sistema la mayor capacidad de absorción de pérdidas posible«, ha afirmado.
De este modo, ha indicado el banquero italiano, si la recesión resultara ser más suave de lo esperado actualmente, nada impedirá a los bancos abonar dividendos extraordinarios en el futuro para compensar a sus accionistas por su paciencia en estos momentos, mientras que, en el caso de que la recesión sea aún más dura de lo previsto, los accionistas se beneficiarán de la resiliencia de los bancos, que les permitirá conservar el valor de sus inversiones a largo plazo.
FECHA, OCTUBRE
El pasado mes de marzo, el BCE instó a los bancos a que no abonen ningún dividendo a sus accionistas hasta al menos el próximo mes de octubre, ya sean estos a cuenta de 2019 o de 2020, debido al impacto del coronavirus Covid-19, con el fin de elevar la capacidad de las entidades de absorber pérdidas y apoyar los préstamos a hogares, pequeñas empresas y compañías durante la pandemia.
De hecho, el propio Andrea Enria llegó a advertir en abril de que el BCE empleará las medidas legales a su disposición para obligar a los bancos a no pagar dividendos en línea con su recomendación.
A este respecto, el italiano informó al Parlamento Europeo el pasado mes de mayo de que la banca europea ha suspendido el pago de más de 27.000 millones de euros en dividendos a sus accionistas a causa de la pandemia de Covid-19, lo que representa un 75% del total que las entidades financieras tenían previsto repartir antes del brote de la enfermedad.