Cada vez es más común que el primer contacto entre una empresa o profesional y sus clientes sea a través de una página web. De hecho, en muchos casos la propia página opera como canal de venta, por lo que hay que extremar la seguridad. No se trata solo de que la web sea segura, es que además hay que demostrarle a los visitantes que lo es.
Para muchas empresas la seguridad en la web es todavía una asignatura pendiente, pero dejar de lado esta cuestión es un grave error. Una web no segura no le gusta ni a Google ni a los posibles clientes. Puede estar muy bien trabajada, pero si no tiene unos mínimos estándares de seguridad el número de visitas se va a ver afectado negativamente, y con él el número de conversiones.
1Certificados SSL para dar seguridad a los clientes
Solemos pensar que la mayoría de los internautas apenas saben nada sobre seguridad en la web, pero lo cierto es que están más informados de lo que parece a simple vista. Un buen ejemplo de ello es que muchos de ellos conocen los certificados SSL y que estos aportan una mayor seguridad a la web.
Quizá no sepan exactamente de qué se trata, pero saben que si una web empieza por “https” en lugar de por “http” es sinónimo de que es segura. Por lo tanto, si tu web no cuenta con certificado SSL no va a comenzar con “https” y los internautas no se van a sentir seguros de entrar en la misma.
Los certificados Secure Socket Layer (SSL) implican que la web es más segura a la hora de transmitir datos personales, aplicando un protocolo que hace que la información sea encriptada o cifrada totalmente y, por tanto, viaje más segura.