Vender a través de Amazon no es tan bueno como parece. Las empresas reconocen que no es la mejor opción, a pesar de que genera un importante volumen de compra. Las empresas mantienen con él una tóxica relación amor-odio que dura varios años.
Amazon se ha convertido en el escaparate idóneo para las pequeñas y medianas empresas que quieren expandirse. Tiene más de un 20% de cuota de mercado sólo en España y a través de él pueden llegar a otros mercados. Es la herramienta perfecta para darse a conocer e internacionalizarse. Sin embargo, la relación que las pymes tienen con él contiene un componente tóxico. Según el COO de Cervezanía, Pedro Rodríguez, todo aquel que vende en Amazon “tiene una relación amor odio” con él.
Cobra a los vendedores una cuota mensual y una comisión por cada producto vendido
Lo dijo ayer en el Packlink Marketplaces Day que organizó Packlink. Estar en Amazon no es tan rentable como parece. El General Manager de California Motorcycles, Frank Burguesa, coincide con su compañero. Dijo que “no es la mejor forma de vender, pero genera un importante volumen de compra”.
Vender a través de marketplaces da a las empresas las herramientas precisas pero, ¿a qué precio? Amazon cobra a los vendedores 44 euros al mes, además de una comisión –que va del 5% al 15%- por cada producto vendido. Eso obliga a los vendedores a aumentar su precio de venta en Amazon o ganar menos.
Según varios informes, el 10% de las ventas online se hacen a través de marketplaces. Estas herramientas dan a las empresas la posibilidad de hacer volumen, no caja. Y es que al final el vendedor sólo se queda con un 2-3% del margen de beneficio.
El impacto es “elevado”, afirmó la Marketing Manager de Packlink, Noelia Lázaro. Tanto que recomienda a las empresas no centrar su negocio en la venta por marketplaces (sea Amazon o cualquier otro). Aconseja diversificar el negocio y nunca vender a través de ese canal su producto estrella.
El destructor del canal distribución
Amazon abarca todo el sector. Tanto que, muchos empresarios lo acusan de de cargarse el canal distribución.
El gigante online gana –sobradamente- en oferta de productos y servicios, precio y rapidez. Precisamente en esto último es donde más recae su éxito.
Cada vez más, los clientes reclaman a las empresas más facilidades en las políticas de envío y servicios más rápidos. Ahí Amazon lo clava. Según Lázaro, el 25% de los envíos son exprés y llegan a su destino en apenas 24 horas. Todo lo contrario que el canal distribución. Aunque este último está mejorando y algunas empresas han superado el tiempo de Amazon, cojea.
Al final, sólo aporta crecimiento y visibilidad a las empresas. Las que se han subido al carro –y las que no- reconocen que el Amazon tiene cosas buenas y malas. A pesar de ello insisten en lo mismo. Subirse al carro de los marketplaces es bueno, pero hay que hacerlo con cuidado. Lo óptimo y por lo que optan la mayoría es trabajar por la doble vía: el marketplaces y el comercio propio.