Ikea no está en su mejor momento. Tiene dos mercados que no se es capaz de equilibrar. Cada vez acuden menos compradores a las tiendas de las afueras. Por su parte, no termina de consolidar su tienda online. ¿La solución? Atraer las tiendas a las ciudades, mejorar su proceso de compra online o aliarse con terceros.
Según analistas de Bloomberg, las visitas a las tiendas de Ikea cayeron más de la mitad en 2016. En 2017 volvieron a subir, pero sólo por aquellas que abrió temporalmente en el centro de las ciudades. Y es que la mayoría de las tiendas Ikea -la más grandes- están en las afueras de las ciudades.
La caída en las tiendas físicas tampoco tiene que ver con el comercio online. La mitad de los mercados en los que trabaja Ikea no están adaptados a este tipo de ventas. Sólo permite hacer compras por Internet en 14 de los 28 mercados en los que está presente. El fuerte de Ikea es su comercio físico y éste se desmorona.
Ikea planea lanzar el mercado online mundial en 2018
La empresa dice que hasta 2018 no prevé lanzar el mercado online a nivel mundial. A partir de ese momento, su objetivo será conseguir que los visitantes online compren productos. Planea dos formas de hacerlo. La primera es a través de la aplicación de catálogo de realidad aumentada, Ikea Place. Pero es posible que la segunda tenga un impacto más positivo en las cuentas. Según ‘The Wall Street Journal’, Ikea negocia un acuerdo con Amazon y Alibaba para vender sus productos.
En 2016, Ikea facturó 38.300 millones de euros. Es un 5% más que en el ejercicio anterior. Si las negociaciones llegan a buen acuerdo, puede cerrar 2017 con mejores resultados.
Expansión en las ciudades
Para afrontar la caída de las visitas y acercar los productos a los clientes tiene prevista dos actuaciones. La primera es crear puntos de recogida de artículos en los centros de las ciudades. Los clientes pueden comprar los productos online y recogerlos en esas tiendas. La otra es abrir pop-up stores especializadas en una zona concreta de la casa.
Estas últimas actuaciones las están llevando a cabo varias empresas. Aquellas ubicadas en las afueras de las ciudades se están trasladando al centro. Ikea lo hace de forma temporal, pero tiendas como Decathlon han empezado a abrir establecimientos en los centros de la ciudad. De esa forma ganan esos clientes que no se desplazan para comprar sólo un producto.
La compañía pretende salvar así su mala racha. Tiene mucho que mejorar. Las grandes naves con flechas que indican el camino ya no son los mejores canales de venta. El futuro está en apostar por Internet. Pero antes de nada tiene que abrir el mercado online a todos sus mercados. Sólo operar en la mitad de ellos es contraproducente.