El pleno de Barcelona de este viernes ha acordado por unanimidad una declaración institucional por vía de urgencia en la que instan a Nissan a reconsiderar el cierre de sus plantas de producción en Barcelona, que prevé que afecte a 3.000 empleos directos y unos 20.000 indirectos.
El documento ha subrayado el apoyo del consistorio a los trabajadores, y ha recordado que el sector de la automoción es «clave» para la estrategia industrial de Cataluña y el área metropolitana de Barcelona, y se ha leído al inicio de la sesión, que se ha celebrado de forma semipresencial y en la que se ha hecho un minuto de silencio en recuerdo de las víctimas y afectados por el Covid-19.
Ha insistido en que la continuidad de Nissan «es posible» con el plan de viabilidad presentado hace unos meses a la empresa, elaborado conjuntamente por el Gobierno central y la Generalitat, y que contaba con el apoyo del Ayuntamiento y el Consorcio de la Zona Franca.
Ha recordado que este plan contempla la posibilidad de invertir recursos económicos públicos para garantizar el futuro de las plantas y vincularlas al impulso del vehículo eléctrico, y ha añadido que la decisión de la empresa «es menores rentable que asumir el coste del cierre», que sitúa en cerca de 1.000 millones.
También ha exigido que «se agoten todas las vías posible para reconducir la situación», y ha afirmado que la colaboración institucional es la vía para encontrar una salida que garantice el futuro de las plantas de Nissan, así como para situar Barcelona como referente en movilidad sostenible.
REVISAR LA DECISIÓN
En su intervención, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha recordado la responsabilidad de Nissan con el territorio y con los trabajadores: «Exigimos que se revise esta decisión. No nos resignamos a perder una industria tan importante».
El primer teniente de alcalde, Jaume Collboni, ha dicho que es el momento de «reivindicar el ADN industrial» de la metrópolis, y el concejal de BComú, Jordi Martí, ha pedido la unidad de las administraciones para revertir la situación en la medida de lo posible.
Ernest Maragall (ERC) ha augurado que «la batalla será larga», y la líder de JxCat en Barcelona, Elsa Artadi, ha recordado que el anuncio de Nissan coincide con el inicio de una crisis social y económica por la pandemia del Covid-19.
Luz Guilarte (Cs) ha reprochado el papel de las administraciones: «Les han dado la puntilla y les han hecho más fácil justificar el cierre»; el líder del PP en Barcelona, Josep Bou, ha reclamado políticas de atracción para mantener el sector industrial, y Manuel Valls (BCN Canvi) ha convenido en que será difícil revertir la decisión de Nissan.