Ser autónomo no es nada sencillo, esto es algo que saben incluso aquellos que nunca han trabajado por cuenta propia. Sin embargo, también tiene algo que engancha. Buena prueba de ello es que el número de personas que se han dado de alta en el RETA ha crecido en los últimos años. Se estima que para 2025 los autónomos podrían suponer casi la mitad de la población activa.
Y todo esto a pesar de que estos profesionales se enfrentan a grandes retos en su día a día e incluso de cara al futuro. Pero al final, parece que todo lo malo que pueda tener el hecho de ser autónomo se compensa con los beneficios económicos, profesionales y personales que se obtienen al trabajar por cuenta propia. ¡Vamos a verlo!
1La burocracia es sencilla, te haces autónomo en un momento
Uno de los grandes miedos que tienen aquellos que están pensando en darse de alta como autónomos es que no saben muy bien cómo tienen que hacer los trámites con Hacienda y la Seguridad Social. Se suele pensar que es un trámite largo, complejo y costoso. Pero es justo todo lo contrario.
Para empezar a trabajar como autónomo es necesario darse de alta en Hacienda eligiendo el epígrafe del IAE adecuado, pero ni esto supone un problema, puesto que siempre puedes cambiar el epígrafe en el que estás dado de alta. También te tienes que dar de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social o RETA.
Estos trámites puedes realizarlos en el mismo día e incluso a través de las correspondientes sedes electrónicas si tienes certificado digital. No tienes que pagar nada por hacer el alta, no tienes que presentar ningún documento ni te van a pedir nada extraño. Lo tienes listo en 5 o 10 minutos. Además, si esto sigue dándote un poco de miedo, siempre puedes encargar los trámites de alta en una gestoría y que te lo dejen todo listo.