La caída de la actividad del sector privado de la zona euro ha continuado en el mes de mayo, aunque a un ritmo mucho menos intenso que en el mes anterior, según refleja el dato adelantado del índice compuesto PMI, que se ha situado en 30,5 puntos, frente a los 13,6 del mes anterior, su mejor lectura en tres meses, aunque el dato apunta a una contracción del PIB de la eurozona del orden del 10% en el segundo trimestre.
«Probablemente el PIB del segundo trimestre caiga aproximadamente un 10% en comparación con el primer trimestre», advirtió Chris Williamson, economista jefe de IHS Markit, para quien la mejora del índice PMI aumenta las expectativas de que la desaceleración continuará moderándose a medida que se levanten más restricciones hacia el verano.
En el caso del sector servicios, el índice preliminar de mayo se ha situado en 28,7 puntos, frente a los 12 de febrero, mientras que en el caso del sector manufacturero ha subido a 39,5 enteros desde los 33,4 de abril. Una lectura del índice PMI superior a 50 puntos indica expansión de la actividad, mientras que un resultado inferior a este umbral implica contracción.
De este modo, a pesar del menor ritmo de caída de la actividad, tanto las empresas de servicios como manufactureras siguieron recortando puestos de trabajo a una tasa sin precedentes antes del confinamiento por la Covid-19, solo ligeramente por debajo del nivel observado en abril, en respuesta a la debilidad de la demanda.
En este sentido, a pesar de que las empresas mencionaron que los expedientes de regulación temporal de empleo redujeron la necesidad de recortar las plantillas a corto plazo, la retención de trabajadores a más largo plazo dependerá de la velocidad con la que se repongan las carteras de pedidos.
Por otro lado, los indicadores a futuro para la actividad de la eurozona han mejorado, aunque solamente con respecto a niveles bajos. Los niveles de nuevos pedidos recibidos cayeron debido a que la demanda siguió desplomándose tanto en el sector manufacturero como en el sector servicios, aunque indicó el menor declive de los tres últimos meses, sumándose a los indicios de que la desaceleración puede haber pasado su peor momento.
De su lado, las expectativas de actividad y producción para los próximos doce meses aumentaron por segundo mes consecutivo frente a la mínima histórica de marzo, aunque el número de pesimistas sigue superando al de los optimistas y el sentimiento en general siguió siendo el peor registrado antes de la pandemia.
«Se anticipa un mayor relajamiento de las restricciones en los meses venideros, aunque es probable que algunas medidas de contención del virus continúen hasta que se encuentre un tratamiento eficaz o una vacuna», indicó Williamson, para quien, a estas preocupaciones se suma la probabilidad de que la demanda siga extremadamente débil durante un periodo prolongado, ejerciendo más presión sobre las empresas para reducir el empleo a medida que los programas de ayuda de los gobiernos llegan a su fin.
«Por lo tanto, prevemos que el PIB (de la eurozona) se desplome en casi un 9 % en 2020 y que la recuperación total lleve varios años», concluyó.