El consumo de cemento se desplomó un 50% el pasado mes de abril, hasta situarse en 598.051 toneladas, volumen que supone marcar un mínimo histórico mensual, según informó la patronal Oficemen, que lo achaca al parón del sector de la construcción de comienzos de ese mes decretado por el Gobierno en el marco de la crisis sanitaria.
«No existen precedentes en la serie histórica reciente, que se remonta hasta 1964, de un dato mensual de consumo tan bajo», según la asociación que, «de esta forma, confirma sus peores augurios».
La industria cementera salda así el primer cuatrimestre con un descenso del 22% en sus ventas, dado que se demandaron 3,73 millones de toneladas de este material de construcción, un millón menos que hace un año.
La caída de la demanda llevó a que la producción de cemento en la treintena de fábricas del país registrara en abril un desplome mayor, del 58,7%. Las exportaciones a otros países se hundieron un 63,3% y las importaciones, un 59%.
Ante estos datos, Oficemen advirtió de que «si no se reactiva la economía de forma inmediata, el consumo de cemento se situará en niveles peores que en el peor año de la anterior crisis».
PLAN DE REACTIVACIÓN «ANTES DE QUE SEA TARDE»
En este punto, la patronal de la industria cementera pidió al Gobierno que lance planes de inversión para reactivar la economía «antes de que sea tarde».
Oficemen considera que la construcción debe articularse como una de las «principales palancas de la recuperación, dado el efecto multiplicador con que cuenta en otros sectores económicos, su capacidad para generar empleo y el poder transformador para la sociedad de la inversión en infraestructuras».
«Es hora de activar las construcciones ligadas a la agenda 2030, y al ‘Pacto Verde’ europeo, así como de relanzar la demanda de nuevas viviendas mediante un plan público de vivienda social para alquiler, y de impulsar la rehabilitación de edificios con criterios de eficiencia energética», asegura el presidente de la patronal cementera, Víctor García Brosa.