Antes lo fueron las ondas hertzianas, ahora es el 5G. A lo largo de la historia, los avances tecnológicos han despertado críticas por parte de los más escépticos. Ejemplo más icónico de ello ha sido la llegada del ferrocarril a Europa. Los mitos en torno a este acontecimiento histórico eran proporcionales al temor ante lo desconocido. En ese entonces, las sociedades industriales se convirtieron en presas del miedo ante las alarmas que indicaban que los trenes producirían efectos mortales y que su movimiento causaría enfermedades nerviosas y hasta inflamaciones en la retina. Hoy en día, estas acusaciones resultan absurdas, pero en esa época despertaron un gran pánico. El paso del tiempo ha demostrado que los mitos y las teorías en torno a los avances tecnológicos siguen estando a la orden del día. Basta con mirar las noticias con respecto a la llegada de la quinta generación de tecnologías de telefonía móvil, para entenderlo.
En los últimos meses, frente a la incertidumbre causada por la propagación del hasta hace poco desconocido Covid-19, los medios de comunicación y las redes sociales se han convertido en importantes fuentes para seguir los acontecimientos. En España, al igual que en otros países del mundo, los medios de comunicación digitales recibieron un aluvión de visitas. Récords históricos que se explican en gran medida por la cantidad de tiempo que las personas pasan confinadas en sus hogares, pero también por esa imperiosa necesidad de la ciudadanía de mantenerse informada y encontrar respuestas. Aunque durante este tiempo, también se ha registrado una importante proliferación de bulos y noticias falsas, de las que se alimentan los mitos y teorías conspirativas. Tal como lo advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS), la infodemia o sobreinformación, “obstaculiza las medidas de contención del brote de coronavirus, propagando pánico y confusión de forma innecesaria”.
Una de las teorías que ha cobrado fuerza en los últimos meses, ha sido la que vincula los despliegues de la red 5G con la propagación de Covid-19. A principios de año, un sitio web francés ‘Les moutons enragés’ publicó un artículo en el que se analiza una supuesta conexión entre la tecnología 5G y la propagación del coronavirus. Este artículo sería el primero de otros tantos que fueron compartidos activamente a través de las redes sociales, especialmente en grupos de Facebook. Estos últimos sirvieron para configurar una campaña de desinformación mucho más amplia de la que se hicieron eco también medios de comunicación como el belga Het Laatste Nieuws. Este sitio publicó una entrevista con un médico local que aseguró que el virus estaba relacionado con la instalación de torres de telefonía 5G en la ciudad china de Wuhan en 2019. A los pocos días, el artículo fue suprimido.
Lamentablemente, la teoría ha salido del escenario de las redes sociales. Desde el mes de abril, en el Reino Unido se han registrado hasta 100 incidentes ligados a la destrucción de torres de telefonía. La mayoría de ellos, ni siquiera contenían infraestructura 5G, sino que albergaban tecnología 4G, necesaria para la cobertura de la red de telecomunicaciones y la accesibilidad de los servicios de emergencia. Sin ir más lejos, el 14 de abril, fue atacada una torre de telefonía que proporciona conectividad para el hospital Nightingale de Birmingham, construido especialmente para tratar a pacientes de Covid-19. Como lo explica Nick Jeffery, director ejecutivo de Vodafone, este ataque impide que las familias puedan “dar un último adiós a sus seres queridos, mientras que los médicos, enfermeras y policías trabajadores no pueden telefonear a sus hijos, parejas o padres para tener una charla reconfortante”. Al mismo tiempo, se ha desatado una oleada de ataques a lo largo del país contra ingenieros y empleados de compañías de telecomunicaciones.
Las autoridades relacionan estos hechos con la difusión de ‘fake news’ o noticias falsas que han circulado en los últimos meses, con igual rapidez que la propagación del virus. Sin embargo, estas noticias han sido rápidamente desestimadas por los científicos. La OMS asegura que las redes 5G de telefonía móvil no propagan la Covid-19. Tal como se lee en el sitio web oficial de la OMS, “los virus no se desplazan por las ondas electromagnéticas, ni las redes de telefonía móvil”. Además, la organización insiste en que el virus se está propagando en numerosos países en los que ni siquiera existe una red 5G. Además, recuerdan que el coronavirus “se transmite a través de gotículas minúsculas de secreciones respiratorias expulsadas cuando una persona infectada tose, estornuda o habla”.
Lo cierto es que esta campaña de desinformación ha dañado la imagen pública del 5G, logrando que se minimice la visibilidad sobre los importantes avances que traerá su despliegue. Desde el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital de España, insisten por ejemplo en que la tecnología 5G “es una pieza clave para acelerar la transformación digital de la sociedad y la economía”, ya que permitiría el desarrollo de nuevo servicios. En esa misma línea, el jefe de la Unidad de Sistemas de Conectividad Futura de la Comisión, Peter Stuckmann, afirma que el 5G será clave también para “abordar las crisis sanitarias en el futuro” ya que “permite afrontar temas de atención médica a distancia”.
Tal como lo demuestra la teoría conspirativa en torno al 5G, las noticias falsas y los bulos son sumamente peligrosos ya que generan confusión y desinforman a la población. Al combinar algunos datos ciertos con otros completamente falsos, las fake news crean una falsa ilusión de realidad y confunden a los lectores. Lo que se traduce en un grave problema ya que estas campañas suelen fomentar acciones desmedidas como el injustificado ataque contra trabajadores de empresas de telecomunicaciones. Lo que demuestra que estas noticias no solo dañan la reputación de los avances tecnológicos, sino que van aún más lejos, causando daños físicos y hasta imposibilitando la comunicación en tiempos de crisis. Tal como lo dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, las noticias falsas “generan división en un momento en el que necesitamos ser solidarios y colaborar para salvar vidas y poner fin a esta crisis sanitaria”. Cualquier campaña de desinformación que atente contra este objetivo, debe ser condenada.