Los accidentes laborales son mucho más frecuentes de lo que parecen, lo que pasa es que siempre los asociamos con profesiones peligrosas como el trabajo en una obra. Sin embargo, cualquier entorno en el que desarrollemos nuestra actividad puede llegar a ser potencialmente dañino para nuestra integridad física, hasta algo tan aparentemente inofensivo como una oficina.
Si desarrollas un trabajo de oficina, ya sea en una empresa o desde tu propio domicilio, hay una serie de precauciones que debes tener siempre muy en cuenta. Así no sufrirás accidentes que te puedan causar lesiones más o menos graves. Sigue estos consejos y conseguirás terminar tu jornada laboral sano y salvo.
1Revisa el mobiliario
Una silla que ha perdido algún tornillo o una mesa demasiado desgastadas pueden suponer un gran riesgo ya que pueden causar un accidente. Por eso, al menos dos veces al año conviene hacer una revisión del mobiliario que más utilizamos, en busca de posibles desperfectos y piezas dañadas.
En caso de percibir que algo va mal lo más lógico es proceder a hacer la reparación lo antes posible. Por otro lado, también tendremos especial cuidado con las estanterías y evitaremos sobrecargarlas para que el peso de más no las haga ceder. Además, hay que asegurarse periódicamente de que siguen bien ancladas a la pared.