La batalla continúa. El primer grupo de medios de comunicación de España mantiene las espadas en alto entre los accionistas y el consejo de este viernes se ha cerrado de una manera no prevista. Lo esperado es que Santander, Telefónica y Caixabank hubieran impuesto a su candidato a la presidencia, Javier Monzón, ex de Indra, y que Juan Luis Cebrián hubiese salido de la compañía.
Sin embargo, un vuelco de última hora ha provocado que Monzón haya renunciado a entrar en la compañía, dejando vía libre de momento a Cebrián -y a su aliado César Alierta y el fondo Amber, que tiene el 19% de la empresa- para continuar al frente de la empresa al menos hasta diciembre próximo. El problema es que la pretendida ampliación de capital de 500 millones de euros para dar aire a la endeudada compañía ahora queda en el aire porque situar a Monzón al frente de Prisa era la condición de los bancos para seguir en la empresa.
Hasta este viernes, la pelea en Prisa tenía a Monzón como claro ganador. Ex presidente de Indra durante más de veinte años, desde 1993, sobreviviendo a gobiernos tanto del PP como del PSOE al frente de esta empresa estratégica y pública, tiene una magnífica relación con Ana Botín, presidenta del Santander, con Isidre Fainé, de Caixabank, y con el rey emérito, don Juan Carlos I.
Monzón fue despedido de Indra en enero de 2015 después que la Telefónica presidida por César Alierta se hiciera con un porcentaje en la empresa. La polémica figura del empresario, señalado en varios casos de corrupción como Lezo o el asunto de la compra de un avión privado desde Indra, obligó a Alierta y al Gobierno de Mariano Rajoy a sustituir a Monzón por Fernando Abril-Martorell, a quién Alierta situó como número dos cuando accedió a la presidencia de Telefónica en 2000.
Botín y Fainé
Abril-Martorell fue despedido tres años después pero quedó como asesor externo y luego fue rescatado por Alierta para presidir Indra. De esta forma, el aragonés se tomaba cumplida venganza de Monzón, que había tratado de descabalgarlo de Telefónica tras la victoria del PSOE en 2004.
Pero la salida de Monzón de Indra no supuso su ‘entierro’ profesional. Dos pesos pesados del empresario patrio, Ana Botín, Santander, e Isidro Fainé, Caixabank, siguieron apoyándolo en público y en privado. Botín le nombró consejero de Santander España y Fainé le daba cancha en desayunos de directivos. Tampoco perdió el favor del rey emérito. Además, Monzón siguió cultivando sus excelentes relaciones políticas con los dos grandes partidos. Hay testigos de sus encuentros con José Enrique Serrano, fontanero del PSOE.
Ana Botín e Isidro Fainé apoyaron a Monzón tras su despido de Indra, y tampoco perdió el favor del rey emérito
Con esas amistades, Monzón se ha llevado el gato al agua en Prisa. Santander y Caixabank son los dueños de la deuda de la compañía y la decisión de aceptar una ampliación de capital y refinanciar la deuda se ha hecho gracias a la salida de Cebrián y el nombramiento de Monzón. A ello ha ayudado sin duda otro enemigo de Alierta, el nuevo presidente de Telefónica, José María Álvarez Pallete (posee el 13% de Prisa) y el rey emérito.
Alierta
La batalla tenía hasta ayer un perdedor: César Alierta. El ex presidente de Telefónica, ahora presidente de la Fundación, ha ido perdiendo cargos y apoyos en la operadora a favor del nuevo regidor, Pallete.
El empresario aragonés entró en la batalla por Prisa e incluso -según se ha publicado- llegó a ofrecerle a Telefónica la compra de su 13% en el grupo de medios. También ha estado el run run de que quería pujar por Prisa a través de Grupo Henneo, ex Heraldo, de donde es consejero, que se encuentra en plena expansión.
Nada de esto ha llegado a buen puerto. Tampoco su apuesta por Manuel Pizarro, ex Endesa, actualmente en El Corte Inglés y también consejero de Henneo, para la presidencia de Prisa.