La Comisión Europea ha pedido este viernes prorrogar hasta el 15 de junio el cierre temporal de la frontera exterior de la Unión Europea que los países del espacio Schengen acordaron en marzo para tratar de contener la propagación del coronavirus.
La gestión de las fronteras es una competencia exclusiva de los Estados y por ello Bruselas apela a una acción coordinada para ampliar el plazo de la suspensión temporal de entrada a suelo europeo, algo que se da por hecho que cumplirán los Estados miembro antes de que expire el veto actual el 15 de mayo.
El bloque limitó las entradas al espacio común el pasado 16 de marzo y desde entonces solo permite viajes «estrictamente necesarios», por ejemplo para repatriar a europeos bloqueados en países terceros.
El Ejecutivo comunitario no vio con buenos ojos los primeros cierres de las fronteras interiores por parte de algunos países de la UE, como España o Francia, para contener la propagación del virus, pero sí propuso este cierre exterior y ahora aboga por una retirada gradual y medida de las restricciones.
La situación sanitaria sigue siendo «frágil» a pesar de que varios países miembro han lanzado la primera fase para relajar el confinamiento, por lo que Bruselas cree que este contexto «exige el mantenimiento de las medidas adoptadas en las fronteras exteriores para reducir el riesgo» de que los viajes aumente la propagación del virus por la UE.
«El levantamiento de las restricciones de los viajes debe ser progresivo», insiste la Comisión en un comunicado emitido después de que la comisaria de Interior, Ylva Johansson, trasladara la propuestas a los ministros de Interior de la UE en una videoconferencia.
RESTAURAR SCHENGEN ANTES DE ABRIR LA UE AL EXTERIOR
«Necesitamos un enfoque por etapas y coordinado. Restablecer el funcionamiento normal de la libre circulación dentro del espacio Schengen será nuestro primer objetivo en cuanto la situación sanitaria lo permita», ha expresado la comisaria, para quien es necesario «poner fin progresivamente a las restricciones» que limitan el movimiento entre países de la UE.
Las directrices que Bruselas envió a las capitales el pasado mes insisten en reabrir gradualmente las fronteras interiores tan pronto como la situación sanitaria lo permita, siguiendo criterios epidemiológicos y a partir de una estrategia y protocolos comunes entre los países socios.
En cualquier caso, el Ejecutivo comunitario defiende que los controles en las fronteras interiores «deberán comenzar a levantarse» de forma gradual y coordinada «antes de que las restricciones en las fronteras exteriores puedan relajarse en una segunda fase». Un total de 13 países de la UE –entre ellos España– y dos socios más del espacio Schengen mantienen cerradas también sus fronteras interiores.