Según avanza la desescalada, y hasta que pasen unos días que permitan obtener datos reales del comportamiento del virus, aumentan las dudas. La primera e inmediata tiene que ver con el transporte. ¿Cómo podremos desplazarnos garantizando la seguridad sanitaria? El transporte público es el que genera más incertidumbre. Se prevé más complicado mantener las distancias recomendadas entre pasajeros. Entretanto, alternativas minoritarias no hace tanto, resurgen con fuerza. El uso de la bicicleta se multiplicará por siete tras el confinamiento, debido a que la pandemia del coronavirus dejará su huella en la sociedad, que preferirá optar por desplazarse en transportes que no supongan contacto personal con otros ciudadanos.
Tal como ha indicado el comparador de seguros online Acierto.com, el 20% de las personas que utilizaba el transporte público para acudir a su puesto de trabajo antes de la pandemia, ahora lo hará a través de medios privados y hasta una cuarta parte de quienes se desplazaban andando usará su vehículo tras el estado de alarma.
A pesar de que el panorama actual podría plantear dudas sobre el uso del coche privado, ya que sus ventas se han desplomado en marzo y abril, los datos del comparador de seguros auguran que el uso de la bicicleta se multiplicará por siete para evitar contagios. Este «auge» también se ha dejado notar en la búsqueda de bicicletas a través de la web, que ha aumentado un 7% en la última semana y se ha disparado un 138% desde el inicio del estado de alarma.
«Las cifras llaman la atención teniendo en cuenta el punto de partida. Una encuesta anterior sacaba a relucir que el 60% de los españoles nunca se había planteado desplazarse en bicicleta al trabajo o a clase. De entre quienes consideraron inicialmente utilizarla, hasta el 41% lo descartó porque pensó que hacerlo era peligroso», ha indicado el comparador de seguros.
Con el objetivo de fomentar el uso de la bicicleta para ir al trabajo, algunas localidades españolas han instalado aparcabicis en sus diferentes barrios. Sin embargo, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha pedido a los ciudadanos y a las empresas que planifiquen sus desplazamientos, para prevenir congestiones, ya que en algunas ciudades como Madrid el tráfico ya ha subido un 10% respecto a las semanas precedentes.
Las cifras que maneja Acierto.com también indican un aumento del uso de los coches de alquiler, cuyas suscripciones han crecido un 200%, al igual que las motos y los patinetes eléctricos.
«En cualquier caso, todavía tendremos que esperar para comprobar si estas tendencias se asientan o si, finalmente, el usuario vuelve al transporte público o adquiere un vehículo propio para desplazarse al trabajo. Además, la instauración definitiva del teletrabajo también tendrá mucho que ver en cómo nos desplazamos e incluso en el incremento de las temperaturas», ha subrayado la firma.
UN ESPALDARAZO PARA LA BICICLETA
El coronavirus ha venido para quedarse una temporada, por eso, lo va a cambiar todo. Los desplazamientos al trabajo generan inquietud y preocupación. Activar nuevos focos de contagio con concentraciones –aunque controladas- de gente en el transporte público, podría hacernos retroceder a fases severas de confinamiento. Pero tampoco se puede posponer mucho más la decisión. La economía no resistirá paralizada mucho más tiempo.
En momentos en los que reinventarse supone un mecanismo de supervivencia más que una estrategia, la bicicleta se sitúa en el ojo del huracán mediático como el medio de transporte que mejor se ajusta a las nuevas circunstancias. Un vehículo –eléctrico o no- que no genera emisiones, tan nocivas para los afectados por el virus; que permite al viajero evitar habitáculos cerrados, permanecer al aire libre durante el trayecto y que respeta por su propia dinámica las distancias entre usuarios.
¿DE QUIEN DEPENDERÁ EL IMPULSO A LA BICI?
El Gobierno puede actuar a instancias de la Dirección General de Tráfico (DGT) para agilizar la actualización de la normativa referente a la bicicleta y que se adapte con rapidez a los nuevos tiempos y cambios sociales previstos, tal y como le exigen desde la Red de Ciudades por la Bicicleta (RCxB).
El Ejecutivo también puede poner en marcha planes de ayuda para la compra de bicicletas eléctricas y mecánicas, pero más allá de este tipo de iniciativas, las competencias en la disponibilidad de bicicletas, en su circulación y aparcamientos las tienen los ayuntamientos, que pueden contribuir con normas municipales a fomentar la responsabilidad ambiental de empresas y universidades, que también deben dar respuesta a sus compromisos medioambientales.
Por eso, las principales herramientas informáticas para impulsar el uso de la bicicleta como medio de transporte prioritario, están dirigidas a ayuntamientos, universidades y empresas, que son las que implican a ciudadanos, estudiantes y trabajadores en la movilidad sostenible, con mecanismos que incentivan el uso de bicicleta.