domingo, 10 noviembre 2024

El sector de la restauración colectiva prevé caída de ingresos de 539 millones en dos meses por el Covid-19

IG Markets

El sector de la restauración colectiva estima una caída de ingresos de 539 millones de euros en dos meses por el cierre de comedores escolares, restaurantes de empresa, cafeterías de hospitales y la cancelación de actividades de ocio y eventos como consecuencia de la crisis sanitaria del Covid-19.

Además de unas pérdidas previstas del 15% en los dos últimos meses, la crisis sanitaria se ha traducido en que el 53% del personal se haya acogido a Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTEs), según ha señalado Food Service España, la federación que agrupa a las principales asociaciones y empresas que prestan servicios de restauración en colegios, residencias, hospitales y empresas, entre otros colectivos, con unos 92.000 empleos.

Solo en el sector de la enseñanza, los dos últimos meses han supuesto ya una bajada de 344 millones de euros de facturación y que la práctica totalidad de sus trabajadores se encuentren en una situación de ERTE cuya resolución final dependerá de los planes de desescalada y la llegada de una ‘nueva normalidad’.

Además de las pérdidas en este sector, las empresas afrontan también «notables» descensos en restaurantes de empresas, cafeterías de hospitales, eventos y espectáculos y en el sector transportes, entre otros, acumulando un descenso en su actividad que podría superar el 65%.

De cara al futuro inmediato, Food Service España ha reclamado un diálogo abierto con las instituciones y la búsqueda de soluciones que permitan el desarrollo y fortalecimiento de un sector tan esencial como es el de la restauración colectiva, que alimenta anualmente a más de 8,5 millones de personas de todas las edades y condiciones.

«En estos momentos, el sector necesita, más que nunca, ayuda y escucha por parte de la administración para poder seguir funcionando con su actividad principal», ha resaltado.

En el ámbito escolar, según Food Service, las nuevas exigencias de seguridad van a precisar cambios en la dinámica del centro, entre ellos menos alumnos por aulas, más turnos en los comedores y control en el uso adecuado de mascarillas, guantes, hidrogel, lo que deberá ser consensuado y afrontado junto a los propios centros educativos.

«El propio sector afronta un reto enorme que parte ya de una situación muy adversa que se ha saldado con ERTEs y otros ajustes estructurales. A todo ello se suman los problemas financieros y de liquidez que ponen en serio riesgo la propia continuidad de muchas empresas, en un sector atomizado donde se mantienen muchas entidades pequeñas y de carácter familiar», ha subrayado Food Service España.


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