Conor Sen para Bloomberg
Esta semana, los mercados han llegado a la conclusión de que los tradicionales fabricantes de automóviles, como General Motors y Ford han recuperado su ritmo. El precio de sus acciones se regeneró, gracias al incremento en las ventas de coches tras la destrucción causada por el huracán Harvey, pero también debido a un mayor entusiasmo por la competencia en los vehículos eléctricos.
Sin embargo, los inversores están divididos ahora mismo, impulsando las valoraciones de los dos fabricantes de automóviles y a su rival Tesla. Es un juego de suma cero, pero los inversores están apostando como si todos pudiesen finalizar la carrera en primer puesto.
La recuperación de las acciones comenzó a finales de agosto, dado que los inversores crearon expectativas tras las inundaciones de Texas. Los fundamentos ayudaron, dado que las acciones de Ford y GM tenían fuertes ratios de precios a ganancias en un sólo dígito. Las ventas de coches de septiembre, reportadas esta semana el mejor mes del año, validaron ese optimismo.
Sin embargo, el repunte de las acciones automotrices de esta semana podría reflejar una consideración a largo plazo: los planes de GM y Ford para aumentar su inversión y compromiso en coches eléctricos. General Motors anunció planes para vender 20 modelos en 2023, diciendo que la compañía “cree en un futuro a baterías eléctricas”
Ford también anunció un plan de reestructuración de costos, parte de los cuales implica el cabo de recursos hacia futuros modelos eléctricos. Aparentemente, Wall Street ha pasado de ver a GM y Ford como dos automotrices tradicionales a contendientes fuertes en la competencia por los coches eléctricos.
Desde Nomura se le ha pronosticado a Tesla un precio objetivo de 500 dólares por acción
A largo plazo, esta es una mala noticia para Tesla, aunque los inversores no la hayan abandonado. Parte de la razón por la que Tesla tiene una valoración tan atractiva es que se asumió que sería el próximo gigante del mercado automovilístico con un coche futurista. Un analista de Nomura le pronosticó a Tesla un precio de 500 dólares (425 euros) por acción, alegando que los ingresos de la compañía crecerían de 8.000 millones de dólares (6.800 millones de euros) en 2016 a 58.000 millones (49.300 millones de euros) en 2021. En comparación, GM y Ford tienen ingresos anuales de 150.000 millones de dólares (127.500 millones de euros).
Sin embargo, a menos que los coches eléctricos sirvan como un catalizador del crecimiento para la industria entera, que nadie parece sugerir, sólo las ventas empezarán a circundar. Tesla está mejor parado que GM y Ford, pero si desean una mayor porción de la torta, es una mala noticia para Tesla. Podemos estar en un punto del ciclo en el que ambos campos tienen motivos de optimismo, esperando que los datos demuestran que un lado es correcto y el otro equivocado.
Una situación similar ocurrió en la industria de la televisión hace un par de años. Netflix jugó el papel de Tesla, ya que su servicio de streaming se veía como una interrupción para el modelo tradicional. Su acción se valora más que su potencial y el crecimiento de los usuarios en lugar de los beneficios actuales. Se había recuperado de un mínimo de 10 dólares (8,50 euros) por acción en 2011 a 120 dólares (102 euros) a mediados de 2015.
Empresas como AMC Networks y Viacom, cuyos beneficios derivan de paquetes de canales en televisión por cable, todavía tenían precios de títulos elevados, dado que los inversores estaban dispuestos a darles el beneficio de la duda sobre la subsistencia en un mundo de contenido en streaming.
En ese momento, Netflix era todavía demasiado pequeña, y sus ofertas de contenido demasiado limitado para hacer un serio daño en los ingresos de las empresas de cable. Desde entonces, sin embargo, los papeles de estas empresas cayeron en desgracia. La acción de Netflix sigue siendo valorada como si fuera el ganador en la industria.
En la industria automotriz, las empresas parecen estar adaptándose. GM y Ford ahora parecen estar de acuerdo con Tesla respecto a que el coche eléctrico es el futuro. Sin embargo, una vez más, no todos pueden ganar la carrera.