Que la sanidad pública española es una de las mejores del mundo es algo que se sigue demostrando año tras año, incluso en situaciones críticas como la vivida a raíz del coronavirus. Pero por muy bien que funcione la sanidad pública muchas veces los tiempos de espera para ver a especialistas, hacerse pruebas o pasar por quirófano son tan largos que esto supone un problema para el autónomo, haciendo que sea recomendable en estos casos un seguro de salud.
Son muchos los autónomos que cubren contingencias comunes a través de seguros. Esto se debe a que su protección pública suele ser menor que la prevista para asalariados. En el caso de la atención médica todos somos iguales y todo el mundo recibe la misma atención, pero el autónomo no puede permitirse bajas laborales largas, así que recurre a la sanidad privada para poder estar listo para trabajar lo antes posible.
1Sí, los autónomos también se ponen enfermos
Las estadísticas desmienten totalmente el popular dicho de que el autónomo nunca se pone malo. Lo que ocurre es que estos profesionales solo suelen acceder a la incapacidad temporal cuando el problema de salud es tan grave que ya no les permite estar al frente de su negocio, lo que provoca que muchas veces estas bajas sean más largas que las de los asalariados.
Un reciente estudio sobre la calidad de vida de los autónomos en España ha puesto de relieve que estos profesionales deberían cuidar sus hábitos de sueño, aumentar su nivel de actividad física y mejorar su dieta. Así podrían contribuir a acabar con el agotamiento y reducir el estrés, que están entre las patologías que más les afectan.