La posible desescalada del confinamiento y la reactivación de parte del tejido productivo español están generando una gran incertidumbre. Pero las escuelas infantiles, que no guarderías, preparan una hoja de ruta ante una posible vuelta a las aulas.
Poco o nada se sabe de cómo será la reactivación de parte de la actividad económica, pero ya son muchos los trabajadores con hijos que se preguntan qué va a pasar con la reapertura de los centros educativos.
Pues bien, en el caso de los pequeños de 0 a 3 años que están inscritos en escuelas infantiles con el objetivo de que sus padres puedan conciliar la vida familiar y laboral, el asunto es complicado.
Si estos centros no reactivan su actividad al mismo ritmo que muchas de las empresas, algunos de estos empleados se verán obligados, o bien a buscar una persona que cuide a su hijo, o bien, que uno de los progenitores opte por no incorporarse a su puesto de trabajo.
En ambos casos implica una merma en la economía doméstica y un lastre para la evolución educativa del pequeño. Cada vez son más los padres que se están planteando alguna de estas cuestiones, ya que todo apunta a que el próximo 10 de mayo se anuncie una posible desescalada con la que algunos sectores podrán retomar su actividad, pero ni una pista del sistema educativo.
Por otro lado, hay que sumarle un nuevo quebradero de cabeza para los padres. Se trata de la suspensión de la admisión de nuevos alumnos para el nuevo curso. Por ahora, no se conocen ni plazos para presentar la solicitud. Por lo que actualmente hay cientos de padres que no saben si tendrán plaza en una escuela infantil para el próximo curso escolar.
MODELO NORUEGO
Además, existe otro punto de discordia, y es en cuanto a la salud de los más pequeños si abren de nuevo las escuelas infantiles. A muchos padres no les convence la decisión de Noruega, Austria, Dinamarca, República Checa y Alemania de reabrir las escuelas infantiles, incluso antes que las escuelas de primaria.
Pese a que estos centros deben garantizar grupos reducidos de niños, reforzar la higiene y escalonar la hora de recogida de los niños, hay padres que se muestran reacios y no creen que sea seguro.
De hecho, en declaraciones a MERCA2, una trabajadora de una escuela infantil pública de la Comunidad de Madrid asegura que “es inviable no solo mantener la distancia de seguridad con los niños, sino poder controlar que se laven las manos cada vez que toquen algo, e incluso evitar que chupen los juguetes”.
Por su parte, en una entrevista para este medio, el portavoz de la Asociación de Centros de Educación Infantil de Madrid (ACEIM), Juan Martín-Maestro, asegura que “la escuela infantil es una etapa educativa, pero también tiene un componente de servir a la conciliación”, por lo que cree que el plan de reactivación irá coordinado con el resto de actividades.
Ante una hipotética vuelta a las aulas, desde ACEIM apuestan por acentuar los protocolos de limpieza de instalaciones y juguetes, así como la generación de nuevas medidas para evitar un posible contagio del covid-19.
HOJA DE RUTA
Por su parte, la presidenta de la Asociación de Escuelas Infantiles Unidas, Maribel Uncala, ha explicado a este medio que «estamos dispuestas a trabajar desde el primer momento, pero necesitamos financiación por parte del Estado».
Además, insiste en que «las escuelas infantiles van a ser las primeras que hagan falta a la hora de la desescalada del confinamiento, pero el Gobierno deberá respaldarnos para hacer frente a esta situación.
Desde Escuelas Infantiles Unidas ya están elaborando una hoja de ruta ante una posible vuelta a las aulas, y algunas de las medidas que tomarán es realizar un test rápido para descartar posibles positivos entre las empleadas, tomarse la temperatura todas las mañanas antes de abrir las puertas de la escuela infantil, así como establecer una entrada y salida gradual de niños y padres.
Asimismo, Maribel Uncala lamenta que habrá familias que no puedan pagar la cuota de la escuela infantil debido a la crisis sanitaria. «Sabemos lo esenciales que somos, pero necesitamos medidas económicas especiales por parte del Gobierno, para poder seguir ofertando las plazas».
FINANCIACIÓN DE ESCUELAS INFANTILES
Desde ACEIM denuncian la situación de las escuelas infantiles, ya que la mayoría de ellas son privadas y se financian al 100% con las cuotas de los padres. De este modo, durante estas semanas no están percibiendo ingresos, pero deben hacer frente a los gastos corrientes.
De hecho, señala que ya hay centros que ante la falta de ingresos han tenido que cerrar, lo que supone que, “cuando se reactive el sector, habrá niños que no tengan escuela”. Pero las escuelas infantiles se enfrentan a otro problema, y es si los padres van a llevar a los niños a los centros o no.
Bien por el factor miedo, bien por cuestión económica, desde ACEIM prevén un descenso en el número de alumnos en las escuelas infantiles. Para Juan Martín-Maestro, hay tres problemas fundamentales ahora mismo: el sanitario, el económico y el educativo.
En cuanto a la concepción que se tiene de las escuelas infantiles, las patronales coinciden en el abandono de estos centros privados y se sienten mal considerados.
“A veces dicen que somos una etapa educativa importante, porque es cuando el niño hace sus primeros pasos, tanto físicos como emocionales, pero en tiempos de vacas flacas nos tratan como un simple servicio”, ya que algunas organizaciones de consumidores han comparado el pago de la cuota de la escuela infantil, con el de un gimnasio o una academia.