Las empresas no suelen ir muy sobradas de transparencia. Situación que afecta, sobre todo, a las filiales que operan en nuestro país. Por eso resulta curioso que Vodafone España sea tan sincera en su ‘Informe Integrado 2016-17’. Sitúa como primer riesgo para la compañía la llegada de un nuevo operador al mercado con su agresividad comercial.
De lo único que se guarda, lógicamente, es de no dar el nombre. Aunque solo existe una posibilidad, de color amarillo, y que por ahora está dando más dolores de cabeza de lo previsto. Se trata de MásMóvil, que tras la compra de Yoigo y Pepephone va cogiendo poco a poco un hueco en el mercado.
Bien es cierto que está siendo a base de ofertas agresivas y promociones apurando al máximo la rentabilidad. Y justo eso es lo que teme Vodafone. El operador rojo en su informe integrado deja constancia de esta situación entre sus principales riesgos. Concretamente el primero.
“La competencia en el mercado de las telecomunicaciones ha aumentado sustancialmente por la entrada de un nuevo competidor convergente a finales de 2016 y por el incremento de la agresividad en el mercado mayorista, tanto móvil como fijo”. En el apartado de mitigación de riesgos, Vodafone sitúa como prioridad la revisión de sus ofertas, así como las reformulación de los acuerdos de cofinanciación y compartición de redes.
¿Debe tener miedo Vodafone a Másmóvil?
La respuesta obvia debería ser no. Por estructura de negocio, capilaridad, nivel de inversión… Pueden estar tranquilos en el cuartel general de Vodafone. Pero hay algunas cuestiones que no pueden obviar.
Esta semana la Comisión Nacional de la Competencia y los Mercados (CNMC) ha publicado los datos mensuales de julio del sector telecos. Y las noticias no son muy buenas para los operadores con red. En concreto, Vodafone se dejó por el camino un total de 4.500 clientes de banda ancha fija; mientras que MásMóvil en el mismo segmento de negocio consiguió 22.000 altas netas.
El mercado móvil está igual. Los rojos perdieron 27.000 usuarios, mientras que los amarillos, a través de ellos, Yoigo y Pepephone sumaron el pasado mes de julio cerca de 30.000 altas netas. No se trata de algo eventual en Vodafone, puesto que las grandes compañías están igual. Por lo tanto, parece que es un miedo compartido por todos.
¿Qué más riesgos existen en Vodafone?
En el ejercicio de transparencia que lleva a cabo Vodafone hay otra serie de riesgos que la compañía asume como inevitables y a los que debe hacer frente durante los próximos meses. Entre ellos, toman una especial relevancia el pago de tasas e impuestos, así como las ciberamenazas que se han puesto de moda.
“Las tasas de Administraciones Públicas están siendo cada vez más un factor crítico para nuestra actividad económica en España”, aclara Vodafone, “no solo por su efecto económico directo, sino también por su impacto en procesos internos y con los clientes, aparte de su impacto reputacional y de competitividad en el mercado”.
Su análisis también deja constancia de que “todo resulta en una mayor complejidad interna y en un aumento significativo de recursos dedicados y costes asociados”. Por eso, desde la filial británica creen que “el mayor riesgo reside en los potenciales cambios legislativos de la regulación fiscal en los diferentes niveles y competencias de las Administraciones Públicas: estatal, autonómico y municipal”.
El otro asunto que escama en Vodafone tiene que ver con la seguridad. “Un ciberataque a nuestra infraestructura de red y/o de TI podría suponer que dejásemos sin servicio a nuestros clientes, dañando seriamente nuestra reputación, y por tanto, derivar en la pérdida de ingresos y en la posibilidad de sanciones económicas”. Cuando veas las barbas del vecino… Esta situación fue clave para Telefónica la pasada primavera cuando se hizo público el ataque que sufrió, junto a otras tantas empresas, pero que tuvo gran repercusión mediática.
Y justo relacionado con este mismo problema, destaca el asunto de los datos. Vodafone estima que su “habilidad para proteger la información sensible de clientes es fundamental para crear confianza con nuestros clientes y reforzar la reputación. La Ley Orgánica de Protección de Datos proporciona el marco para garantizar y proteger, en lo que concierne al tratamiento de los datos personales, las libertades públicas y los derechos fundamentales de las personas físicas”. Por eso estiman que pueden “ser objeto de intervenciones regulatorias y de daños reputacionales si no cumplimos con los requerimientos de esta ley”.