España trata de hacer frente al alud de ERTEs presentados por las pequeñas, medianas y grandes empresas como consecuencia de la pandemia provocada por el covid-19. Con el objetivo de evitar despidos o la quiebra, las empresas han optado por aplicar un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) desde de que se decretó el estado de alarma hace ya más de un mes.
Una vez más, la protección que están recibiendo los trabajadores de las empresas del Ibex 35, que cuentan con más recursos, no es la mismo que los que trabajan en empresas más pequeñas. Todas sufren el mismo problema, sus empleados no han cobrado el paro o la parte del salario de marzo que le toca asumir al Estado y además no se espera hasta mayo o incluso junio. Pero las pymes, sin liquidez, ni ingresos no pueden responder.
Las direcciones de Trabajo de las comunidades autónomas y el propio Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) reconocen que es tal el volumen de expedientes que están recibiendo que están saturados y hace difícil su tramitación electrónica. De hecho, el SEPE ha tenido que reforzar la plantilla.
La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz explicaba este viernes que están trabajando “a un ritmo desconocido” incluido los fines de semana. Y garantizaba que el pago de estas prestaciones será “antes del plazo habitual”, refiriéndose al acuerdo con los bancos para adelantar el paro del día 10 a los primeros días del mes. Aunque esto solo ocurrirá si lo aprueban y no ocurre en todos los casos.
LA RESPUESTA DE LAS GRANDES
La capacidad de respuesta de las grandes empresas es mucho mayor, tal y como ha demostrado El Corte Inglés, que presentó ante el Ministerio de Trabajo un ERTE para 26.000 trabajadores el pasado 29 de marzo. El 1 de abril ya se lo habían aprobado, pero la compañía ha adelantado la nómina de marzo a sus empleados mientras reciben la prestación.
En concreto la que corresponde a la segunda quincena del mes, cuando los establecimientos ya habían cerrado. Además, el 15 de abril han abonado la paga extra y han comunicado a sus trabajadores que este mes también cobraran el 100% del salario. Cuando empiecen a recibir la prestación pública, irán descontando del salario progresivamente este adelanto.
Dentro de las empresas del Ibex, se han dado distintos casos. Los trabajadores de Inditex son otros que pueden respirar tranquilos. La empresa que fundó Amancio Ortega ha decidido no aplicar un ERTE en abril, pese a lo que había estimado al principio.
Mientras que Arcelormittal ha dado más que hablar. La siderúrgica presentó un ERTE el 18 de marzo, pero el 16 de abril, Trabajo se lo rechazó por entender que la medida era desproporcionada con respecto a la situación del grupo. La compañía tiene vigente otro ERTE desde 2009 y los trabajadores afectados cobran ya un 10% menos del salario. Pese a todo, la multinacional sigue con intención de aplicarlo y ha convocado para el próximo martes la negociación de uno nuevo, esta vez por razones objetiva.
Mientras que Indra tuvo que rectificar y retirar la propuesta del ERTE que presentó el 27 de marzo para una parte de los trabajadores y que incluía rebajas salariales para el resto de empleados en España durante tres meses. Fuentes del sector explican que el ERTE no estaba justificado por el coronavirus, aunque la compañía que dirige Fernando Abril Martorell justificaba que era para evitar daños mayores en el futuro.
EL SILENCIO ADMINISTRATIVO
Los casos donde no hay respuesta están generando dudas, esto ha ocurrido en la hotelera Meliá, que también presentó un expediente de regulación de empleo temporal el 25 marzo y lo ha dado como positivo por silencio administrativo.
Las gestorías han notado que salen adelante más ERTEs por la vía del silencio administrativo que por la vía ordinaria, es decir, si la autoridad laboral no dicta resolución en el plazo máximo de cinco días hábiles desde la fecha que entró la solicitud en el registro competente para su tramitación, se entiende autorizado.
Pero esto no quiere decir que más adelante lo puedan echar para atrás. Los expertos entienden que ante la avalancha, se están aprobando la mayoría pero después se va a proceder a verificar la información que han enviado las empresas y estará sujeta al régimen sancionador pertinente en el caso que corresponda. Por ello muchas empresas, sobre todo las más pequeñas, temen que esto ocurra.
LAS PYMES, AL BORDE DE LA QUIEBRA
Otra queja llega del Consejo General de Gestores Administrativos. Su presidente, Fernando Santiago, señalaba este viernes que están empezando a recibir, con fecha de hace varios días, denegaciones de ERTEs justificadas en que los negocios no estaban obligados a cerrar.
El problema es que llegan sin tiempo para reaccionar y poder presentar un nuevo ERTE por causas económicas con el tiempo suficiente para que no suponga la quiebra de las empresas afectadas. Y ahora, el empresario que no tiene liquidez ni ingresos, debe afrontar el pago de unas cantidades para las que no tiene fondos porque los préstamos del ICO tampoco llegan a tiempo o no le son concedidos.
Asegura que tardar en resolver los ERTEs llevará a muchas pymes a la quiebra y han reprochado a las administraciones implicadas la falta de respuesta a un número elevado de solicitantes.